Foto tomada de Farc-ep.co
Antecedentes
Autodefensa Campesina y Guerrillas Liberales y Revolucionarias
Una de las interpretaciones existentes sobre el nacimiento de las guerrillas liberales en Colombia se sitúa en la época de la violencia, luego de la llegada de Olaya Herrera a la presidencia y de la República Liberal, momento en el que se desataron todo tipo de venganzas, después de 45 años de hegemonía conservadora. En aquel momento, fue determinante el Partido Comunista, que en el Pleno ampliado de noviembre de 1947 manifestó como tarea inmediata, crear una organización de autodefensa popular para responder a lo llamaron la violencia oficial del Estado y el régimen conservador.
Inicialmente, la autodefensa fue una organización popular armada de los campesinos dirigida por el Partido Comunista en las regiones agrarias que tenía influencia comunista. Esta forma organizativa creció y se hizo fuerte en algunas regiones del país, siendo el caso más significativo la autodefensa de Irco, Tolima; y el de n algunas ciudades y poblaciones importantes, en donde la autodefensa jugó un papel importante en el enfrentamiento con los «pájaros», una organización cuasi paramilitar.
La autodefensa no era una guerrilla, y solo fue creada por el Partido Comunista para defender determinadas poblaciones de agresiones potenciales “en vastas regiones como el Tequendama, Viotá, y 10 municipios circunvecinos, para luego expandirse a Montevideo y El Pato en Santander, la línea del ferrocarril de Puerto Wilches, a San Juan de Rioseco en Cundinamarca, a Chaparral en el sur del Tolima, a la Concepción en Santander del Norte, a las zonas de la Tropical Oil Company, a la Shell y la Socony Vacunyn en los territorios petroleros, a la región del Ariari en los Llanos Orientales y a otros lugares del país”. Y posteriormente, en la región del Sumapaz, donde más adelante nacerían las FARC, después de la segunda conferencia guerrillera.
Después de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, en el Sur de los departamentos de Tolima, Santander, Cauca y Huila, cuando se gestaron las guerrillas de corte liberal. En 1948 “surge la primera guerrilla liberal en La Colorada, Santander, al mando del exalcalde de Barrancabermeja, Rafael Rangel. Luego surgen las guerrillas liberales del Sur del Tolima al mando de Gerardo Loaiza, jefe liberal del departamento de Caldas y pariente de Manuel Marulanda Vélez”.
Según la historia contada por las FARC:
“Las guerrillas de los Loaizas se les unieron luego las guerrillas de la columna comunista de Irco, Chaparral, que tuvieron origen en la Autodefensa de aquel lugar. Por aquel tiempo hubo en Colombia 36 frentes guerrilleros, en su inmensa mayoría de orientación liberal, como las guerrillas del Oriente, del Sur, las del Norte en el Líbano, las del Centro en Venadillo, Anzoátegui, Alvarado y Santa Isabel en el Tolima; las de Santander y Boyacá, Concepción y el Cocuy; las de Cundinamarca en Yacopí; las de Sumapaz y Villarrica, las de Urrao en Antioquia, y la red de guerrillas casi a todo lo largo y ancho de los Llanos Orientales, en principio al mando de Eliseo Velásquez, luego de los Villamarin de Boyacá, Eduardo Franco Isaza, y por último al mando de Guadalupe Salcedo, Dúmar Aljure, el «Tuerto» Giraldo, los hermanos Tapias, los hermanos Bohórquez, Plinio Murillo, Anastasio Cifuentes «Carafea» y una veintena más de comandantes guerrilleros de filiación liberal. Así en casi todo el país se conformaron las guerrillas liberales, que combaten al régimen conservador”
El nacimiento de las guerrillas liberales no fue algo espontáneo. Una vez muerto Gaitán, la Dirección Liberal Nacional dio la orden de ir a las cabeceras de los pueblos (en las que tenían financiación y apoyo) a arengar la gente y formar las guerrillas. Esta situación de violencia se mantuvo hasta el gobierno de Rojas Pinilla y después del golpe de Estado de 1953, momento en el que se dio la posibilidad de una amnistía, y las guerrillas liberales entregaron sus armas, en su mayoría, después de la petición de la Dirección del Partido. Mientras tanto otras guerrillas se mantuvieron renuentes, las de corte comunista no hicieron entrega de armas y las autodefensas tampoco fueron desmontadas:
“Las guerrillas liberales se entregaron y entregaron sus armas a instancias de la Dirección Liberal Nacional. Las guerrillas revolucionarias entraron en un período de repliegue, pero no se entregaron ni entregaron sus armas. Las guerrillas de Sumapaz no se entregaron, las guerrillas de Marulanda, de Prías Alape, de Trujillo Castaño, en los confines del sur del Tolima y norte del Cauca, no se entregaron; la guerrilla al mando de Alfonso Castañeda «Richard» en Calarcá, no se entregó; la guerrilla de Ezequiel Borja en Rovira, Tolima, no se entregó; la guerrilla de Agustín Bonilla «El Diablo», en el Alto Magdalena, no se entregó; la guerrilla al mando de Pedro González, en el norte del Tolima, no se entregó; tampoco se entregaron otras ya bajo dirección revolucionaria. El movimiento de Autodefensa bajo dirección del partido Comunita tampoco sé entregó ni entregó sus armas.
Las guerrillas de los Llanos Orientales, las de Yacopí, la de Urrao, las de Santander, las de Boyacá, bajo dirección liberal se entregaron y entregaron sus armas. Luego, la mayoría de sus dirigentes y especialmente sus jefes, comenzando por Guadalupe Salcedo, fueron cayendo asesinados a manos de los mismos admistidos y antiguos pájaros, o por la Policía y el Ejército. Las guerrillas del sur del Tolima todavía al mando de los Loaizas fueron rearmadas por el Gobierno y los mandos militares para la guerra contra las guerrillas revolucionarias.
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