Por: Laura Cano. Periodista Pares.
El 29 de octubre Shirley Johanna Ruiz cumplía 39 años, ese mismo día, en su cumpleaños, y siendo cerca de las 10:00 p.m. Shirley desapareció. Ella, quien era madre de Gabriel de 06 años, enfermera y estudiaba para ser auxiliar contable, fue vista por última vez en la noche de ese día al frente de su residencia ubicada en el barrio Llanitos de la ciudad de Cúcuta.
El 29 de octubre Shirley Johanna Ruiz cumplió 39 años, ese mismo día, en su cumpleaños, y siendo cerca de las 10:00 p.m. Shirley desapareció y fue vista por última vez en la noche de ese día al frente de su residencia ubicada en el barrio Llanitos de la ciudad de Cúcuta.
Aunque durante varios días un equipo de bomberos emprendió una búsqueda en un caño cercano a su vivienda, hasta la fecha no se ha podido establecer qué sucedió con Shirley, pues por una parte, Medicina Legal adelanta el estudio de ADN de un cuerpo que fue hallado el 04 de noviembre en el Río Pamplonita, mientras que se continúa pidiendo que se aclare lo sucedido con ella.
Shirley Johanna Ruiz es una de las 15 mujeres que han sido reportadas como desaparecidas en Cúcuta, Norte de Santander en los últimos dos meses, y también es una de las mujeres por las que se ha pedido que las autoridades adelanten investigaciones y acciones para esclarecer y frenar lo que está sucediendo en la capital de Norte de Santander.
¿Qué está pasando en Cúcuta?
Desde el Observatorio de Asuntos de Género de Norte de Santander – OAG NdS – fue alertado el pasado 06 de noviembre que durante septiembre y este último mes 15 mujeres han desaparecido en esta zona del país. De este total 11 son menores de edad y se han reportado las apariciones con vida de 5 de ellas; 04 niñas y una adulta.
“Existen dos panoramas preocupantes: si los casos constituyen desapariciones forzadas, la Constitución Política de Colombia y el Código Penal prohíben y tipifican estos actos como una práctica violenta y represiva, donde se priva a la víctima de los derechos de libertad, autonomía y seguridad personal. Si estamos a un escenario de desapariciones voluntarias, nos preocupa las situaciones al interior de los hogares que actúan como factores de expulsión, motivando a las mujeres y menores de edad a tomar este tipo de decisiones”, se comunicó desde el OAG NdS.
Sobre esta situación hay varios puntos que señalar, pues incluso como se agrega en el comunicado del Observatorio, Cúcuta es un territorio fuertemente afectado por el Conflicto Armado, el crimen organizado y las economías ilegales, así como por la trata de personas y el tráfico de armas, los cuales representan escenarios de alto riesgo para que ocurran hechos de violencias basadas en género, explotación sexual y feminicidios.
Con esto es necesario indicar que, según cifras de Medicina Legal, en 2016 en Cúcuta se tuvo el registro de 74 mujeres desaparecidas, 72 en 2017, en 2018 de 60 y en 2019 de 43. Si bien, ha venido presentándose una disminución en el total de casos, hay que señalar algunos factores que en ese mismo último periodo pudieron llegar a tener alguna injerencia en la colocación de denuncias.
Pues, como se ha venido advirtiendo desde diversos sectores, Cúcuta se ha convertido en un epicentro para la trata de personas, especialmente mujeres, con fines de explotación sexual.
Esto, y como se denunció en marzo por Ariel Ávila y Andrea Aldana, tendría una afectación focalizada en las mujeres migrantes, pues uno de los escenarios donde están siendo victimizadas son en los cruces fronterizos autorizados y no autorizados, pues para cruzar estos se les están haciendo cobros y quienes no tienen cómo hacer dicho pago, que rondaría los $20.000, se les está trasladando forzosamente y, especialmente a las mujeres, se les está abusando sexualmente. A esto se suma que los 2.200 kilómetros de frontera son disputados por, al menos, 28 organizaciones criminales.
También se denunció que muchas mujeres siendo víctimas de trata estaban desapareciendo, e incluso siendo asesinadas y enterradas en fosas comunes, lo que supone, por un lado, además de la problemática social invisibilizada, también un subregistro en el número de mujeres desaparecidas en esta zona, así como un contexto que impide que las autoridades responsables inicien procesos de búsqueda, pues incluso muchas veces las respectivas denuncias no pueden ser puestas; por un lado, porque las instituciones mismas se han convertido en victimizantes, y, por otra parte, porque denunciar siempre supone el riesgo de que las personas que permanecen en el país de manera irregular sean deportadas.
Según cifras de Medicina Legal, en 2016 en Cúcuta se tuvo el registro de 74 mujeres desaparecidas, 72 en 2017, en 2018 de 60 y en 2019 de 43. Si bien, ha venido presentándose una disminución en el total de casos, hay que señalar algunos factores que en ese mismo último periodo pudieron llegar a tener alguna injerencia en la colocación de denuncias. Imagen: Pares.
Ante este panorama de desapariciones y problemáticas sociales en Cúcuta, Pares habló con Gabriela Chacón, subdirectora del Observatorio de Asuntos de Género de Norte de Santander, organismo que ha venido haciendo seguimiento a los hechos de desaparición y que además ha sido el encargado de hacer la denuncia pública.
Pares: En el comunicado ustedes hablan de un proceso de sistematización de datos ¿qué se encontró allí?
Gabriela Chacón: Nosotras en estas últimas semanas hemos estado recopilando unos datos a través de redes, personas y comunicación alternativa, ahí pudimos identificar unos patrones que son bastante alarmantes: hablamos de 15 mujeres desaparecidas, de las cuales 11 son menores de edad. En esos nos encontramos el caso de Shirley Johanna Ruiz, de quien todavía se está a la espera de confirmación del ADN del cuerpo encontrado hace algunos días.
Con esto hacemos un llamado de atención a las autoridades porque no están haciendo labores de investigación, pues argumentan que no se están presentando denuncias sobre estos casos. Hemos estado en una mesa técnica y no presentaron cifras, ni nada. La única organización que hasta este momento ha presentado una caracterización de lo que está ocurriendo ha sido el Observatorio, es decir, las instituciones competentes no han hecho nada al respecto y eso nos preocupa.
Algo que también sale es que estas desapariciones podrían tener estrecha relación con violencias basadas en género dentro de los hogares que sigue siendo un escenario de alerta porque se tiene que entrar a indagar qué está sucediendo, y también significa que si las mujeres menores de edad están despareciéndose voluntariamente y no se acciona al respecto se les está poniendo en un escenario de riesgo, pues estamos hablando que desaparecen en una ciudad donde se manejan distintas redes de trata que se han venido fortaleciendo y donde las economías ilegales proliferan.
Entonces con la minimización del problema y con el no operar por parte de la Policía lo que se está haciendo es profundizar el problema, pues lo que hacen es argumentar que como es un asunto privado no pueden entrar a hacer una investigación, y no, porque ellos tiene el deber de analizar y poner el ojo en lo que está pasando y abrir rutas de atención y acompañamiento.
Pares: En la información que ustedes publicaron hoy, 12 de noviembre, revelan que las personas desaparecidas pertenecen a grupos socioeconómicos y de orden público precarios. Asimismo, en el comunicado que sacaron hace unos días indican que Cúcuta está bajo un grave contexto de conflicto armado, crimen organizado y economías ilegales. ¿Cómo estos factores se relacionan e influyen en la problemática denunciada?
G.CH: Hay que decir que alrededor de 09 casos han sido identificados como personas que están zonas muy vulnerables; algunas de ellas habitan en sitios como la comuna 11, la 06 y la 04, puntos donde se agudizan las problemáticas a causa de dinámicas como las economía ilegales.
A esto se suma un contexto de violencia contra las mujeres migrantes, pues muchas han llegado a esta zona y donde se han asentado se ha hallado que son puntos de mayor vulnerabilidad porque las redes de trata se aprovechan de esta crisis social y desaparecen mujeres con diversos fines.
Aunque no tenemos identificadas las nacionalidades de las personas desaparecidas, sí podemos inferir estas problemáticas, que además en caso de no haber sido desaparecidas forzosamente, al estar sin un circulo de protección se ven expuestas a ser víctimas de estas redes y de grupos al margen de la ley.
Pares: ¿Qué efectos tiene que no se habrá la posibilidad de atender estos casos cuando las mujeres son migrantes indocumentadas?
G.CH: Esto lo que genera principalmente es un subregistro, dado que los familiares no tienen la posibilidad de denunciar cuando se corre el riesgo, entre otras cosas, de ser deportado, así que esas cifras posiblemente sean mucho mayores, lo que enciende una alerta, pues sí ya siendo así es preocupante, el contexto que rodea la falta de denuncias lo es también.
Ahí hay que resaltar que las redes sociales se han convertido en un importante canal informal de denuncia, de donde incluso el Observatorio ha podido tener información de algunos casos que de otras formas hubiera sido muy difícil obtener, y eso sucede principalmente porque las instituciones no están siendo eficaces con la atención de este tipo de casos, incluso, durante las comunicaciones con los familiares de las víctimas lo que dan a conocer es que efectivamente los entes encargados para llevar estos hechos no están haciendo acompañamiento e incluso están minimizando y trivializando estos casos, que desde el Observatorio hemos podido afirmar cuando trasladamos estos casos a las autoridades y lo que comienzan a hacer son comentarios que deslegitiman lo que ocurre.
«La prioridad que debería estar teniendo la creación de una política pública para promover la mitigación de casos de desapariciones y trata, pero son discusiones y tareas que no se han dado juiciosamente a pesar de este contexto. Esto también termina es fortaleciendo las redes de trata, que de por sí ya han ganado fuerza en el territorio.» Imagen: Pares.
Pares: Con las alertas que se han dado de mujeres desaparecidas y de trata de personas con fines de explotación sexual, ¿cuál ha sido la respuesta que ustedes como organización que denuncia estos hechos han tenido por parte de las autoridades locales?
G.CH: Realmente no se ha hecho mucho al respecto y eso tiene mucho que ver con la falta de seguimiento e información que se tienen de esta problemática, pues no hay datos recabados. Nosotras estamos intentando adelantar algunas acciones partiendo que este es un tema bastante complicado de atender, pues, en general en el departamento, no hay datos especializados y aunque se le ha pedido a la Alcaldía y a las instituciones relacionadas que se priorice un sistema de información que integre y permita hacer seguimiento a estos hechos, hasta la fecha no ha pasado nada.
Esto lo solicitamos partiendo que con ese sistema integral se identificaría qué rutas se están activando, cuántos casos son, qué características tienen las víctimas, además de restablecer los derechos de las sobrevivientes, pero eso no pasa.
Con esto se agrega la prioridad que debería estar teniendo la creación de una política pública para promover la mitigación de casos de desapariciones y trata, pero son discusiones y tareas que no se han dado juiciosamente a pesar de este contexto. Esto también termina es fortaleciendo las redes de trata, que de por sí ya han ganado fuerza en el territorio.
Pares: Con todo esto planteado, ¿para el Observatorio cuáles pueden ser los motivos de las desapariciones de estas 15 mujeres?
G.CH: Creemos que mucho de esto tiene que ver con la zona en la que nos ubicamos, pues las problemáticas que están afectando a Cúcuta ya genera que las mujeres estemos en un estado de vulnerabilidad y que seamos víctimas potenciales de rapto.
Por otro lado, hay que señalar que estos temas no son una prioridad en esta ciudad; hablar de violencias basadas en género, de trata de personas con un enfoque diferencial, exigir la construcción de políticas públicas que protejan a las mujeres, todo eso son discusiones que no han llegado a lo institucional y eso ya genera escenarios de riesgos. Esto además promueve que las personas no denuncien o lo hagan de manera informal.
Con esto, el punto es que las razones pueden ser variadas pues las conflictividades a las que se ven expuestas las mujeres en Cúcuta son amplias, y hasta que no se tengan rutas eficaces y que generen confianza no se podrá avanzar en el esclarecimiento y justicia para las víctimas de estos hechos.
Pares: Si una persona necesita denunciar un caso de desaparición, ¿cuáles son las rutas formales que funcionan en Cúcuta?
G.CH: En este momento la Secretaría de Equidad de Género está recibiendo estos casos y activando rutas jurídicas. Asimismo, se podría hacer por medio de la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría regional.
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Nota: Organizaciones de Cúcuta han convocado un plantón para este 13 de noviembre a las 2:00 p.m. en el Parque Santander exigiendo justicia con las mujeres desaparecidas y el cese de esta problemática.
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