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Foto del escritorRedacción Pares

¿Acaso se cierra un ciclo de la izquierda en Bogotá?



El salto de Enrique Peñalosa en las encuestas faltando apenas un mes largo para el día de las elecciones plantea dos preguntas duras para la izquierda. ¿Después de tres gobiernos ha llegado el momento de dejar el poder en la principal plaza electoral del país? ¿Qué se puede hacer a estas alturas para evitar la derrota?


Nadie puede cantar victoria antes del cierre de las urnas, menos Peñalosa que en varias campañas ha tenido una gran figuración en los sondeos de opinión y a última hora se ha venido abajo. Pero ahora tiene muchas posibilidades de ganar, esta vez está en muy buenas condiciones para retornar al Palacio de Liévano.


Clara López, quien durante varios meses se mantuvo a la cabeza en las encuestas, se ha visto perjudicada en sus aspiraciones al convertirse en el principal blanco de todos los candidatos que un día y otro le echan en cara con saña y con no poca injusticia la corrupción del gobierno de Samuel Moreno y los errores de Lucho Garzón y Gustavo Petro. Ese combate contra todos ha hecho bastante mella.


Pero más importante que eso ha sido la movilización de las principales fuerzas políticas del país para buscar la Alcaldía de la capital, en función de la disputa por la Presidencia en el 2018 y en procura de asumir la contratación y ejecución del metro, la más importante obra civil en la historia de Colombia. Son cosas grandes para lo cual han hecho audaces movidas estratégicas.

La Unidad Nacional que ha sustentado los dos mandatos de Santos llega a su fin y los partidos que la componen buscan acomodo en la disputa política nacional. El Partido Liberal y La U, quizás, acudan juntos en 2018 con Humberto de la Calle a las presidenciales y se han agrupado en torno a la candidatura de Rafael Pardo en Bogotá, y claro, Germán Vargas Lleras, calculador y audaz como nadie, se metió de lleno a la campaña de Enrique Peñalosa para proteger sus pretensiones futuras. Es eso lo que ha alterado la discusión en la capital.


Peñalosa, que ha recibido además la adhesión del Partido Conservador, ha tenido el tino de modificar su posición sobre el metro presentándose como su más ferviente defensor y el más capaz de llevarlo a la práctica, y ahora se esfuerza para no incurrir en errores de campañas pasadas donde fuera de solitario se empeñaba en la defensa de convicciones que chocaban de frente contra sus electores.


No la tienen fácil Clara López y la izquierda. A pesar de los grandes avances sociales que han propiciado, de los logros en educación, en salud, en reducción del homicidio, de la batalla que han dado contra la discriminación de las minorías étnicas y sexuales, ahora sufren el desgaste de un largo periodo de gobierno y afrontan los reclamos ciudadanos por la incapacidad para resolver los problemas de movilidad y atender los nuevos desafíos en la seguridad, en la mejora del espacio público y en la modernización de la infraestructura urbana.


Y otra cosa. Ni los progresistas en cabeza de Petro, ni los verdes en cabeza de Antonio Navarro y Claudia López son conscientes del significado de una derrota de la izquierda en Bogotá para el futuro inmediato de sus aspiraciones políticas. No entienden que la ciudadanía no hace diferencias entre los distintos sectores de la izquierda. Para la gente del común son los mismos.

El triunfo de un candidato de izquierdas en Bogotá le da automáticamente más posibilidades a uno de ellos en la disputa presidencial de 2018 y el fracaso los aleja de las presidenciales. Eso tendría que llevarlos a hacer causa común con Clara López en el tiempo que falta de campaña. También necesitaría Clara un mensaje creíble en la contratación transparente del metro, en la solución de los problemas de la movilidad y en la recuperación de los espacios urbanos, para tener un chance de ganar.


En cambio, Peñalosa en este último tramo solo necesita evitar los errores de campañas pasadas y darles a los estratos bajos de la población la seguridad de que no echará para atrás las conquistas sociales y políticas que han obtenido en los años de gobierno de la izquierda.

No veo que en medio de estas dos opciones, en medio de estos dos modelos de ciudad, que se disputan el favor de la ciudadanía, tenga muchas posibilidades la candidatura de Rafael Pardo a pesar de que ha hecho una gran campaña y al momento mantiene el segundo lugar en las encuestas; y ya es bastante claro que Francisco Santos no logrará remontar el cuarto lugar en esta contienda no obstante los esfuerzos que está haciendo Álvaro Uribe para proyectarlo como mandatario de los bogotanos.

Columna de opinión públicada en Revista Semana


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