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2019: El año en el que se reactivó el conflicto armado

Por: Redacción Pares


En 2019, hubo casi una víctima al día de artefactos explosivos y minas, nuevos casos de desplazamiento y de confinamiento de comunidades, homicidios, amenazas, desapariciones, agresiones contra la Misión Médica en las zonas de menor cobertura sanitaria, destrucción de recursos naturales, violencia sexual, y reclutamiento y uso de menores por parte de actores armados. Estas son las violaciones más graves que documentaron los equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).


El recrudecimiento de las acciones armadas indica que las promesas de paz aún no se han materializado en las regiones más vulnerables, donde no ha habido una consolidación integral de la presencia del Estado y donde la llegada de migrantes implica nuevos desafíos.


La paz es todavía esquiva en muchos territorios de Colombia. En 2019, hubo 352 víctimas de artefactos explosivos y minas antipersonal, más de 25.300 personas desplazadas masivamente y 218 agresiones a la Misión Médica. Sin embargo, estos fueron solo algunos de los tristes indicadores del deterioro de las condiciones humanitarias en varias zonas del país.


Es preocupante que más de 27.600 habitantes hayan estado confinados debido a las acciones de grupos armados y a la presencia de explosivos. El 83% de estas personas vive en Chocó, un departamento sumido en condiciones de pobreza apremiantes e históricas necesidades básicas insatisfechas. Este fenómeno deja a comunidades enteras en medio de enfrentamientos, desabastecidas y con limitado acceso a sus cultivos y centros de salud.


Otros departamentos en los cuales observamos una situación apremiante son Nariño, Antioquia (especialmente en Bajo Cauca), Arauca, Norte de Santander, Cauca, Caquetá, Meta y Córdoba. Aunque es evidente que el contexto mejoró de manera importante en muchas partes del país, en otras, las carencias de la respuesta institucional contribuyeron al sufrimiento ya causado por la escalada en la intensidad del conflicto y la violencia armada.

Prueba de ello es que, a lo largo de 2019, CICR documentó 987 violaciones al derecho internacional humanitario (DIH) y otras normas humanitarias. El 77% de estos casos fueron amenazas, homicidios, actos de violencia sexual y reclutamiento de menores, entre otros hechos de suma gravedad. Sin embargo, se trata de una mirada parcial de la situación, resultado de los casos que conocemos de primera mano en las 13 oficinas que tenemos en el país.


Este panorama desalentador muestra que todos los actores armados en Colombia aún irrespetan las reglas mínimas de la guerra y dejan a la población civil frente a las peores consecuencias de sus acciones.

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