Por: Redacción Pares
Foto tomada de: Ultimo minuto
Suramérica está ardiendo. Las imágenes que hemos visto del Amazonas brasilero son apocalípticas. En el amazonas brasilero las llamas se han comido siete millones de hectáreas en tres meses. En Bolivia el panorama es parecido. Ecuador, Perú y Colombia también están en llamas. Los campesinos tienen sus prácticas aprendidas desde hace siglos pero no tienen en cuenta que las condiciones han cambiado. Debido a las sequías el bosque se ha secado y es inflamable. Cada vez es más difícil controlar un incendio focalizado. Esta es una de las razones aunque la principal, la más preocupante, la incontrolable es que el clima ha cambiado.
En los últimos 14 días en Colombia los incendios están a la orden del día. La capital ha estado ajena a esto porque no la está afectando directamente a ella como sucedió a comienzos de este año cuando los cerros estaban en llamas. Pero la acción de las llamas no deja de ser, como mínimo, preocupante. Se estima que el número de hectáreas quemadas supere las 11 mil. Hasta el pasado domingo 22 de agosto se luchaba a brazo partido contra 31 incendios. Estos se encuentran focalizados en el centro del Tolima, donde hay trece, el suroeste del Cauca, donde hay dos y en Bogotá y el Amazonas ya hay reportes de los primeros incendios.
La expectativa que había por la llegada de la temporada de lluvias se ha transformado en una cada vez más preocupante decepción. No sólo preocupa por los incendios sino que si sigue la sequía no sólo el país tendrá que pasar por racionamientos de agua sino que los embalses están tan bajos que ya se está hablando de apagones de energía. Proyectos hidroeléctricos como el Quimbo aún no funcionan como esperaban.
Carlos Carrillo, desde la UNGRD, está desplegando todo un plan de contención para ponerle coto a lo que es una tragedia ambiental. El problema es continental. En Sao Paulo, por ejemplo, no llueve hace 100 días. Con la inmensidad de Brasil debe ser muy agobiante que el 60% del territorio esté afectado por el humo. En Bolivia los incendios se han comido cuatro millones de hectáreas, en Ecuador se habla de 30 mil hectáreas y en Perú de 28 mil. El agua del rio Amazonas ha bajado a mínimos históricos. Poblaciones tan importantes como Leticia se encuentran incomunicadas. Una de las razones es precisamente los bajos niveles de profundidad del Rio Amazonas que impide la normal circulación de barcos y chalupas por sus aguas.
Los pronósticos están lejos de ser optimistas. La temporada de lluvias tardará en llegar por lo menos hasta el 2025. Tendremos que presenciar otra vez un largo periodo de sequías acompañado de devastadores incendios. El apocalipsis ya no parece tan lejano.
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