Pablo Beltrán, representante del ELN en las conversaciones de paz, denunció en una transmisión realizada el 14 de agosto un presunto intento de "saboteo" en relación al cuarto ciclo de diálogo que se había iniciado en Caracas ese mismo día. Beltrán mencionó dos ámbitos de acción en esta supuesta ofensiva: uno armado y otro mediático. En el plano armado, se refirió a la actividad de "grupos armados paramilitares", mientras que en el ámbito mediático habló de la difusión de "falsas noticias".
En el contexto de estos acontecimientos, se reportó que el Frente de Guerra Occidental Omar Gómez, vinculado al ELN, habría declarado un paro armado en el departamento del Chocó, información que fue desmentida por la misma organización armada. El representante del ELN desde Caracas también señaló situaciones en Nariño y habló de una posible "colusión o connivencia" con las fuerzas militares. En respuesta, se anunció la activación del mecanismo de monitoreo y verificación. Según Beltrán, esta serie de eventos no parece ser coincidencia, sino más bien parte de un plan de saboteo premeditado que afecta tanto el terreno como la narrativa mediática, aunque el ELN mantiene su compromiso con el cese al fuego.