Por: Redacción Pares
En el barrio Juan XXIII de Buenaventura, se han escuchado ráfagas de fusil y explosiones durante la noche y madrugada, provocando que muchos habitantes no puedan regresar a sus casas y deban resguardarse en viviendas impactadas por las balas. A pesar de las operaciones militares anunciadas por el ministro de Defensa y la mesa de diálogo instalada entre el Gobierno y los voceros de las bandas Shotas y Espartanos, la disputa por el control territorial persiste. La Iglesia católica ha pedido urgentemente un cese de estos enfrentamientos para avanzar en los diálogos de paz propuestos por el Gobierno de Gustavo Petro.
Las bandas delictivas Los Shottas y Los Espartanos operan en Buenaventura y, aunque hace diez meses anunciaron una tregua durante acercamientos con el Gobierno Nacional, recientemente se han reportado hechos violentos que han tensado la situación entre estos grupos. La mesa de diálogo, establecida el 18 de julio, busca tener dos espacios diferenciados: uno para interlocución con los miembros privados de la libertad y aún vinculados a estas estructuras armadas, y otro para los voceros delegados de las bandas que residen en el municipio. Aunque el diálogo con la comunidad será constante, la reunión de delegados gubernamentales y voceros de las bandas se llevará a cabo cada ocho días con el objetivo de continuar el proceso y buscar soluciones concretas.