Millones de norteamericanos llenan las calles protestando contra Trump

El desprecio de Trump por la democracia es evidente. Desde que ocupa por segunda vez el salón oval de la Casa Blanca, su arrogancia es algo inédito en una república. Por eso, se habla de que la actitud de Trump es más la de un emperador en su palacio, la de un rey caprichoso, que la de un estadista legalmente constituido. Aranceles a países que no concuerdan con sus ideas, despidos injustificados, un discurso abiertamente racista y misógino tienen a los norteamericanos realmente estallados.

Por eso, durante el pasado fin de semana millones de norteamericanos salieron a las calles de su país con un lema: “No kings”, así también se llama el movimiento que aglutina legiones de seguidores y que sirve como contrapeso al autoritarismo de Donald Trump. Se convocaron por lo menos 2.700 manifestaciones en todo el mundo. La que se vivió en Washington recordó las marchas anti-guerra de Vietnam, aunque para muchos académicos estas son más importantes porque lo que está en juego es la supervivencia de la república. Una de las consignas se resumía en detener los abusos de este presidente petulante y su círculo de aduladores. “No a los tronos. No a las coronas. No a los reyes”.

Uno de los oradores fue el legendario demócrata Bernie Sanders quien, además de irse en contra de Trump, habló sobre el peligro que le genera un hombre como Elon Musk, anarco-capitalista que lo único que les importa es el bienestar propio. Una de las ciudades en donde se vivieron con mayor intensidad las protestas fue Chicago. Su alcalde, Brandon Johnson, convocó a una huelga general contra la tiranía del actual presidente. El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, criticó severamente la militarización de las ciudades y la cacería despiadada contra los migrantes. “Tengas o no documentación… en Minneapolis te queremos y estamos en contra de la política de odio de Trump”.

La respuesta del presidente evidenció que los procesos constitucionales, simplemente, se los pasa por la faja. En una prueba más de su banalidad, Trump respondió con una imagen creada por IA en donde él pilota un avión de guerra y arroja detritos sobre las marchas. JD Vance, su vicepresidente, también respondió con burlas y memes. Las multitudinarias manifestaciones lejos de despertarle autocrítica al presidente le despertaron su sentido del humor, ya que las consideró “actos mínimos”, y está realmente convencido de que la mayoría de norteamericanos están a favor suyo. A diferencia de otros presidentes que vivieron una fuerte presión popular en forma de marchas o resistencia de la opinión pública, Trump se ufana de no moverse en esos lindes y sigue respondiendo a lo que el Trompista que cree en MAGA confía, la imagen de un líder recio al que solo le importa la mano dura.