Los intereses de Trump porque el próximo presidente de Colombia sea un arrodillado

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Los intereses de Trump porque el próximo presidente de Colombia sea un arrodillado

Los intereses de Trump porque el próximo presidente de Colombia sea un arrodillado

Una de las propuestas que está haciendo Vicky Dávila en su correría para llegar a ser presidenta de Colombia es prometernos que será “una consentida de Trump”. Hay un interés marcado desde la Casa Blanca para que, en el mundo, -y sobre todo en Latinoamérica-, los países se alineen a los requerimientos de este gobierno, marcado inexorablemente hacia la derecha. Cualquier país que intente algún tipo de independencia ideológica, sobre todo si es de izquierda, será puesto en una lista negra. Una de las primeras medidas del nuevo gobierno, una vez asumió el poder el 20 de enero de 2025, fue acabar con cualquier tipo de ayuda a estados que no estén en sintonía con los intereses norteamericanos. Por eso en Washington son recibidos con bombos y platillos mandatarios como Javier Milei, un confeso admirador del MAGA y Nayib Bukele, quien incluso llegó a poner a disposición sus cárceles para que Norteamérica meta allí a las personas que están en condiciones de ilegalidad en los EE. UU.

Esto ha traído muchos roces con gobiernos que están en las antípodas de Trump, como el de Gustavo Petro con quien ya son innumerables los desencuentros. El gobierno colombiano ha mantenido una posición firme sobre política contra migrantes, la decisión de no participar ni ayudar a los marines en una probable invasión a Venezuela y ha sido crítico también de la posición de Estados Unidos con Israel. En EE. UU. ha molestado el crecimiento innegable de cultivos de hoja de coca, la disposición del gobierno de dialogar con grupos armados organizados y lo que ellos consideran una posición “amigable” con Venezuela.

La situación ha llegado a un extremo de tensión desde el pasado 2 de septiembre, cuando aparecieron en aguas del Caribe buques de guerra norteamericanos que han realizado más de una docena de ataques contra supuestas “narcolanchas”, en donde aún no se muestran pruebas concretas de que estas embarcaciones estén cargadas de droga.

Por eso, la revelación que hizo la revista Cambio es de extrema gravedad. Es una foto donde aparece James Blair, subjefe de Gabinete de Donald Trump, sosteniendo una carpeta. En ella se ven dos fotomontajes en los que se muestra a Nicolás Maduro y a Gustavo Petro ambos vistiendo el vestido naranja que llevan los presos en las cárceles norteamericanas. En la fotografía también está un senador republicano llamado Lindsey Graham, quien es uno de los principales defensores de la presencia de buques de guerra en el Caribe y quien ha hecho afirmaciones amenazantes contra Colombia desde sus redes sociales, además de dos hombres muy cercanos a Trump.

Lo que alcanzó a revelar Cambio, además del fotomontaje, fue un documento fotografiado llamado La Doctrina Trump. En él se afirma que Gustavo Petro llegó a la presidencia apoyado por carteles de la droga y los puntos que plantea el plan son los siguientes:

“Designar a otros carteles como Organizaciones Terroristas Extranjeras. Apoyar a los líderes proestadounidenses del hemisferio occidental. Establecer sanciones selectivas contra Petro, su familia y sus asociados. Combatir las acciones criminales corruptas y antiestadounidenses. Iniciar una investigación exhaustiva sobre las campañas de Petro y su financiamiento extranjero”.

Parece que vuelven los oscuros años en donde el continente sufría la injerencia norteamericana planteada en lo que se conoce como la Operación Cóndor. El gobierno colombiano pensó en llamar a consultas al embajador en Washington, y se llegó a circular el rumor de que habría una expulsión del encargado de negocios de Estados Unidos en Bogotá: John McNamara, sin embargo, esto no sucederá. Tal y como afirmó en declaración pública la canciller Rosa Villavicencio: “Queremos unas buenas relaciones. Puede que no estemos de acuerdo en los enfoques de tratamiento de las drogas (…) pero queremos llevarnos en la cordialidad, pese a las diferencias, y no hacer de todo estos debates públicos”. Por ahora, esto se manejará usando los canales diplomáticos.

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