 
															En días anteriores se publicó una nota en este portal puntualizando que 53 niñas habían sido abusadas sexualmente en la base militar de Melgar. El dato fue divulgado en el 2015 por una investigadora alemana y es completamente inverificable. La Silla Vacía en su momento -2019- demostró que la cifra no podía demostrarse. Lo que sí es cierto es que periodistas como Germán Castro Caycedo y la misma comisión de la verdad recogieron algunas denuncias, una de ellas sobre una madre que hace un aterrador relato. ¿Qué pasó con estas investigaciones?
El fervor que me despierta la obra de Germán Castro Caycedo me ayudó a recordar este dato. Durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez llegaron entre 3.500 y 4.000 mercenarios gringos a combatir el narcotráfico y la guerrilla en Colombia. En el libro Nuestra guerra ajena, Castro Caycedo habla del desconocimiento y el desprecio que estos hombres sentían por nuestro país. Sus vidas se dividían de esta manera, 15 días en el país y la otra mitad del tiempo en lo que ellos llaman América. El cronista habló incluso con uno de estos mercenarios y fue tajante: lo único que sabía del país era que estaba lleno de terroristas y que las mujeres eran muy baratas. La mayoría de ellos pilotaban los aviones con los que se fumigaba con glifosato. La fumigación con glifosato fue una técnica ampliamente utilizada en los años de Uribe y fue tristemente famosa no sólo por el daño que hacía sino por su ineficacia. El exministro Rafael Pardo, a la hora de hablar del fracaso de la primera parte del Plan Colombia, da este dato demencial: “Mientras en el año 2000 había que fumigar tres hectáreas para erradicar una, en el 2005 había que fumigar 22”.
Pero, además de la violación a la soberanía, a los crímenes contra el medio ambiente y contra los campesinos, están las graves denuncias que pesan sobre militares gringos por abuso sexual de menores de edad. El cronista Castro Caycedo recuerda lo siguiente: “ En el año 2005, en una localidad llamada Melgar, dentro de una importante base del ejército colombiano, fue descubierta una organización de estadounidenses que utilizaban niñas para producir videos pornográficos, los cuales llegaron a alguien que los denunció públicamente”. La existencia de esos videos hasta el momento ha sido incomprobable.
Claudia María Duque, de la organización Sisma Mujer, recordó en su momento el problema que habría a la hora de hacer justicia por este comportamiento aberrante. Los militares norteamericanos, por acuerdos de cooperación, no pueden ser juzgados en Colombia “La jurisdicción nacional no puede hacer investigaciones; eso sólo lo puede hacer Estados Unidos”.
En el 2019 la Comisión de la verdad recogió el testimonio de una de las madres cuya hija fue víctima de abuso sexual por parte de los gringos. Fue un caso terrible que se dio cerca a las inmediaciones de la base militar de Tolemaida. Una niña de 12 años entró a una discoteca para tomarse una gaseosa, su mamá la esperó afuera del establecimiento. Salió 72 horas después “como una zombie”. La acusación fue más allá: “La niña me dijo que después de tomarse la gaseosa se sintió débil, que no podía moverse, y que incluso en un momento intentó volarse y que el mexicano la tiró al piso y luego la montó a un carro. La llevaron a la base de la fuerza aérea en esa zona. Mi hija fue drogada, secuestrada y violada por un militar estadounidense que prestaba sus servicios para el Plan Colombia, con ayuda de un mexicano que era contratista”.
Desde el 2020, y gracias al detector de mentiras de La silla vacía, se paró el tema e incluso se tumbó el número de 53 los casos de niñas abusados. Pero si hubo. Una de esas denuncias, el de una madre en Melgar, quedó consignado en este relato: https://web.comisiondelaverdad.co/en/actualidad/noticias/militares-estadounidenses-violaron-ninas-melgar-tolemaida-tolima
 
								