 
															Con más de 2,7 millones de votos totales (de los cuales 2,36 millones fueron válidos en la consulta presidencial y 2,33 millones en la lista al Senado), el Pacto Histórico dio su primer batacazo político en el nuevo ciclo electoral.
En una contienda marcada por una secuencia de cuatro vueltas electorales rumbo a 2026, el bloque progresista logró medir su fuerza en las urnas por primera vez tras tres años de gobierno. El resultado confirma que el Pacto sigue siendo una de las fuerzas políticas más relevantes del país, con capacidad para conservar su peso legislativo y disputar la hegemonía en el bloque de izquierda.
Aunque está claro que para las listas al Congreso en estas elecciones se movieron las militancias políticas de base, la capacidad de incidencia en la opinión de los influenciadores y algunas estructuras políticas a nivel regional, es verdad que el Pacto logra romper el techo de sus propios resultados en 2022 y perfila, al menos, su capacidad de conservar la mayoría de las curules tanto en Senado como en Cámara.
No obstante, la polémica sigue en la construcción de las listas, en la inclusión de figuras cuestionadas y en la capacidad que estas han tenido para movilizar el voto frente a procesos de base, que se han quedado rezagados. El reto para el Pacto Histórico queda servido, especialmente en el voto urbano, que frente a 2022 se redujo considerablemente.
—La tendencia de voto se consolida en las periferias y en el Caribe, pero se decanta y pierde en los grandes centros urbanos
Al igual que en 2022, la tendencia geográfica del Pacto Histórico fue consolidarse en las regiones periféricas del país, mientras que el voto en la región andina tendió a mantenerse estable o disminuir respecto a hace 3 años y medio. En 17 departamentos hubo un crecimiento del porcentaje de votación del 1% o más, mientras que en 5 departamentos se mantuvo en un nivel estable o invariable respecto a las elecciones a Senado por el Pacto Histórico en 2022, y en 11 departamentos la variación fue negativa, por debajo del 0%.
 
											Haciendo una comparación entre esas mismas votaciones a la lista del Senado del Pacto Histórico en 2022 y los votos a la lista de Senado en la consulta del pasado domingo, el mayor crecimiento se presentó en la región Caribe, donde el aumento fue superior en departamentos como Magdalena, Córdoba y Sucre. De igual manera sucedió en Nariño y Chocó, así como en Amazonas y los departamentos de Vichada, Guainía y Vaupés.
Por su parte, en el Distrito Capital, en Cundinamarca, en Valle del Cauca y Risaralda se presentaron las mayores contracciones en la votación, mientras que en Antioquia, Boyacá, Casanare y Caldas, la pérdida de votos fue muchísimo más moderada. En departamentos como Santander, Norte de Santander, Tolima y Huila, la diferencia de votación se mantuvo estable.
 
											De una u otra manera, el primer mensaje que envían estos datos hacia la campaña del Pacto Histórico a la consulta interpartidista del Frente Amplio, en marzo de 2026, y hacia la campaña legislativa a Senado y Cámaras territoriales, es que, aunque existe un crecimiento importante en las regiones donde tradicionalmente el Pacto Histórico y el progresismo ha sido fuerte en elecciones nacionales, el reto será recuperar los votos en los departamentos del interior donde en 2022 hubo una amplia movilización de votantes, pero que no salieron a votar para esta consulta.
El caso de Bogotá es el más grave, puesto que la contracción de la intención de voto fue del 7,52% respecto de 2022, lo que implicaría que sí hay una reducción importante de apoyo hacia las opciones políticas de izquierda, en una ciudad donde tradicionalmente los proyectos políticos alternativos han tenido fuerza electoral y donde Gustavo Petro ganó con amplio margen en 2022. Esta tendencia se vería confirmada por la incapacidad de romper la brecha de los 500 mil votos a la alcaldía que tuvieron tanto Hollman Morris como Gustavo Bolívar en 2019 y 2023 a nivel regional.
El otro caso relevante es el del Valle del Cauca, donde el Pacto Histórico logró movilizar casi más de 250 mil votos a Senado en 2022, pero que para la Consulta a esa corporación en 2025 perdió un caudal de 100 mil votos. Del mismo modo, en Cundinamarca, el Pacto perdió 68.349 votos, el 3,60% del caudal que había movido para Senado hace 3 años y medio.
—Estos son los grandes electores de las principales ciudades y departamentos del país
El voto tanto a las candidaturas de Senado como de Cámara de Representantes en la mayoría de las ciudades del país denota el reto estratégico para el proyecto político de izquierda de cara a las elecciones legislativas, que deberá recomponer su vínculo con los votantes urbanos y recuperar su participación, que fue determinante en 2022.
Para la votación de las listas a Senado, Bogotá registra la caída más pronunciada, con una disminución de 7,1 puntos porcentuales, seguida por Cali (-5,3) y Medellín (-3,2), mientras que Barranquilla (-0,6) y Bucaramanga (-1,5) presentan descensos más moderados.
Lo que sugiere esta tendencia es que, aunque en las ciudades el voto sigue movilizándose de manera masiva por el bloque de izquierdas, sí es verdad que perdió afluencia respecto a las mismas elecciones a Senado en 2022, posiblemente aupado por el desgaste del gobierno Petro frente al voto urbano, la fragmentación interna o la menor percepción de relevancia de la consulta.
 
															Frente a los resultados para la conformación de las listas a Cámara de Representantes, el fenómeno es bastante similar. Analizando las 5 grandes ciudades capitales de Colombia, en todas hubo una reducción bastante amplia de intención de voto para la lista del Pacto a Cámara, siendo Bogotá el caso paradigmático, donde la contracción fue mayor al 7%. Cali también manifestó esta reducción, con una pérdida de 4,9% de electores entre 2022 y 2025.
Curiosamente en Bucaramanga el voto se mantuvo estable, siendo una ciudad donde el porcentaje de votación por las listas a Senado y Cámara se ha mantenido por debajo del 7%, habiendo crecido solo 800 votos.
 
															Las candidaturas femeninas barrieron en Bogotá. María Fernanda Carrascal logró consolidarse como la principal electora en Bogotá, lo que le da amplias posibilidades de conservar su curul a la Cámara, que ya ostenta desde 2022 cuando llegó también por la lista cerrada del Pacto Histórico. Le sigue Laura Daniela Beltrán (conocida como “Lalis”), quien logró sacar 26.718 votos. “Lalis” es una influenciadora que en los últimos 7 años tomó relevancia y se convirtió en una de las principales comunicadoras del progresismo. María del Mar Pizarro, quien también estaba en competencia para conservar su curul, quedó tercera con 26.022 votos. Detrás de ella siguió Daniel Monroy, otro influenciador, con 20.280 votos, y lejos de ellos, en el quinto lugar, se ubicó Heráclito Landinez, con 11.780 votos.
 
															El comportamiento del voto a las listas de Cámara en capitales departamentales también fue bastante diciente. En Medellín, el influenciador Hernán Muriel obtuvo 20.234 votos, siendo el más votado de la capital paisa. Le siguieron Alejandro Toro, con 5.847 votos y Dora Saldarriaga, con 1.989 votos. Esa misma tendencia se manifestó a nivel departamental en Antioquia, donde Muriel consiguió obtener 41.612 votos, seguido de Alejandro Toro, que se quedó con 21.741 votos, y de Verónica Estrada, con 7.151 votos.
 
															Por su parte, en Cali, Alfredo Mondragón se llevó la consulta con 49.041 votos, seguida de la concejal Ana Erazo, que se quedó con 13.062 votos, y de Paola Quiñones, quien obtuvo 9039 votos. Fue en Cali donde Mondragón obtuvo cerca del 57% de los votos totales del departamento del Valle del Cauca, donde Mondragón sacó 85.290 votos. Erazo, por su parte, logró 20.128 votos. El segundo más votado en el departamento fue el exalcalde de Sevilla, Jorge Augusto Palacio, quien obtuvo 23.094 votos. Palacio fue cuestionado en su momento por una investigación de la Procuraduría (que fue archivada por prescripción) en la que se indicaba que el exalcalde pasó por alto varias irregularidades en un contrato de prestación de servicio de transporte escolar. Isabel Vera, la líder estudiantil de UniValle, sacó 15.920 votos.
Carlos Arizabaleta, el hermano de Gloria Arizabaleta, representante a la Cámara, exesposa de Roy Barreras y una figura clave en la política tradicional del departamento, fue el quinto más votado, con 14.888 votos.
 
															En Barranquilla, por su parte, el concejal Antonio Bohórquez logró borrar a la maquinaria del clan Torres, que se había decantado por Jaime Santamaría. Logró 23.491 votos, seguido de la líder estudiantil y actual secretaría de la Colombia Humana, Andrea Vargas, que logró 19.024 votos. Santamaría logró obtener 12.427 votos en la ciudad, pero la maquinaria del clan logró moverle más de 37 mil votos en el departamento, por lo que se quedó con la cabeza de lista en Atlántico, con 49.709 votos. Bohórquez quedó segundo con 46.528 votos, mientras que Vargas fue tercera con 37.160 votos.
 
															Siendo así, los resultados de la consulta confirman que el Pacto Histórico mantiene un arraigo sólido en las periferias y en el Caribe, pero enfrenta una pérdida sostenida de tracción en las grandes ciudades, especialmente en Bogotá y el Valle del Cauca.
El bloque progresista llega así a la antesala del 2026 con un equilibrio complejo, donde conserva su base territorial, su estructura partidaria y su liderazgo nacional, pero deberá recomponer su vínculo con el electorado urbano, redefinir su narrativa de cambio y resolver sus tensiones internas si quiere traducir su peso organizativo en una nueva mayoría política que rompa las cifras que obtuvo en 2022.
 
								