El magnate que lleva décadas desforestando el Guaviare

En agosto de 2023, Nebio de Jesús Echeverry se bajó de la carrera a ser elegido nuevamente gobernador de su departamento: Guaviare. Tenía el aval de una de las colectividades que conforman el Pacto Histórico:  la Alianza Democrática Ampliada. Su candidatura se convirtió en un pozo de polémica por los rumores que lo han rodeado siempre sobre su andar paramilitar. Algunos incluso lo señalan de ser el creador del Bloque Centauros de las AUC. En el año 2011, uno de sus primos, Oscar López Cadavid fue condenado por parapolítica.

El Guaviare ha sido azotado por los grupos armados desde los años cincuenta cuando aparecieron las FARC en este territorio. A finales de los años noventa, ocurre un hecho crucial para que la guerra se profundizara aún más allí, el arribo de paramilitares usando aviones de la Fuerza Aérea para perpetrar la masacre de Mapiripán. El Bloque Centauros cambió para siempre la fisonomía de la guerra en este lugar del país. Siempre se ha señalado a Nebio de Jesús Echeverry como uno de los arquitectos de la llegada del paramilitarismo a esta región.

Su nombre se esconde en las brumas del mito. Se sabe poco sobre él. La versión más repetida es que era uno de tantos colonos paisas que decidieron honrar el himno de Antioquia sacando el hacha y desforestando bosque. Iba detrás del rumor que daba la riqueza del caucho. Poco o nada le importaban las terribles historias de explotadores como la Casa Arana del Perú que en los años veinte se instalaron en el Putumayo colombiano asesinando a más de cincuenta mil indígenas. Esta masacre sistemática inspiró a José Eustasio Rivera para escribir su Vorágine. En el barrio Primero de octubre construyó su casa. Al poco tiempo la vendió y de allí sacó el dinero para montar su negocio.

En 20 años construyó una fortuna que lo puso en boca de todos los guaviarenses. La pequeña tienda con que se transformó en un gran mercado, El Proveedor, con local incluso en Corabastos, en Bogotá. Lo tenía todo en los negocios, pero decidió incursionar en la política en alianza con su primo Óscar López Cadavid, quien era representante a la Cámara por el Guaviare. Echeverry quería la gobernación.

A mediados del año 2000, el jefe paramilitar Vicente Castaño citó una cumbre con los comandantes del municipio de Paratebueno, en la zona de Cundinamarca que forma parte de los Llanos orientales. Reunidos Efraín Pérez Cardona, alias 400; Éver Veloza, alias HH; Jesús Ignacio Roldán, alias Monoleche, con Castaño, definieron una estrategia para hacerle frente a una arremetida de violencia en la región. La cumbre fue en la finca Vendaval, de propiedad de Nebio de Jesús Echeverry, quien estaba en plena campaña electoral.

Aunque Echeverry quiso desligarse de la cumbre paramilitar, un testimonio de Don Mario lo obligó no solo a aceptar su conocimiento y participación, porque este lo incriminó, incluso de ser uno de los impulsores de las autodefensas en Paratebueno, y puso al descubierto su vieja relación con el gran jefe Vicente Castaño. Echeverry quiso parapetarse en el administrador de la finca.

La evidencia de las relaciones con los paramilitares sumadas a las de su primo Óscar López Cadavid, quien también fue gobernador del Guaviare entre 2008 y 2011, terminó condenándolo por parapolítica. Pero nada de esto le hizo mella en su carrera política local, que con el paso de los años se ha hecho más fuerte. Solo la acción del gobierno de Estados Unidos logró atravesársele en su camino, al incluirlo, en 2010, en la Lista Clinton junto a su primo, señalados de ser testaferros de Cuchillo, uno de los jefes paramilitares del bloque Héroes del Llano, que murió ahogado en un riachuelo huyendo de una operación de las Fuerzas militares para capturarlo. Los supermercados El Proveedor quedaron fichados, así como la distribuidora Prodisnal S. A. Además, les fueron ocupados 491 valiosos bienes en una de las operaciones más grandes en la historia de la Unidad de Lavado y Extinción de Dominio y la Dijín.

Nebio Echeverry desapareció del radar del Guaviare durante cuatro años y terminó de regreso a Pereira. Fue una manera de escabullirse de la persecución norteamericana porque cuando logró limpiar su nombre de la Lista Clinton, regresó de inmediato al Guaviare. Volvió a la política y a los negocios, ya no solo de comercio, sino de palma y ganadería. Nebio logró reelegirse gobernador con casi 13.000 votos.

Y regresó pisando duro. A finales de 2018, tomó la palabra en un Taller Construyendo País en San José del Guaviare para decirle al presidente Duque que el departamento estaba rodeado de palma, y los campesinos “estaban antojados”. Y especuló con cifras como que el Guaviare cuenta con pastos para un millón de cabezas de ganado, pero hasta el momento pastan solo 420.000.

Sus anuncios prendieron las alarmas y se refrescaron las denuncias por posible despojo de tierras para impulsar el cultivo de palma. Varios campesinos lo señalaron a él y a Saúl Aguirre, uno de sus socios y a quien se le conocería como “Caso de Burro”, de estar promoviendo el arrebato de las tierras a quienes regresaron a sus parcelas luego de la firma del proceso de paz, según una detallada investigación de Red Más Noticias y El Espectador. También fue señalado de la misma práctica Jorge Gaitán, a quien Echeverry quiere entronizar como su sucesor. Gaitán sería uno de los que tiene cerca de 60 hectáreas de palma africana en las Sabanas de La Fuga, un ecosistema que se encuentra en riesgo.

A la desforestación se suman otros flagelos en el Guaviare que se traduce en la presencia de grupos armados como las disidencias de Iván Mordisco y ahora de Calarcá. La retención de 34 militares, que buscaban extraer el cuerpo de un cabecilla de las disidencias y de un campesino, generó una de las tantas tensiones que han marcado las últimas décadas en el Guaviare. Aunque ya no puede hacer política abiertamente Echeverry sigue siendo el poder en la sombra de esta región. El fantasma del paramilitarismo y de la desforestación lo perseguirán para siempre.