
Durante meses investigadores de la fundación Paz y Reconciliación, comandados por León Valencia y Laura Bonilla, se dieron a la tarea de adentrarse en las profundidades de la Paz Total. El resultado fue el libro ¿Plomo es lo que viene?: Dos años de Paz Total: balances y retos, publicado bajo el sello editorial Penguin Random House y que viene siendo, desde su lanzamiento en enero del 2025, una guía para entender las complejidades de lo que sería la política bandera de este gobierno. La no renovación del cese al fuego con el ELN en agosto del 2024, el crecimiento del frente 33 de las disidencias FARC en el Catatumbo, y la crisis que se vivió en marzo del 2025 en Buenaventura, son claros indicios que La Paz Total de Petro no ha tenido los resultados esperados pero, tal y cómo lo reafirma el libro, la única posibilidad que nos quedará siempre es la de la salida negociada al conflicto.
Como lo dice León Valencia en su prólogo esta es la historia de una oportunidad perdida. Es que por primera vez grupos como el ELN o las propias disidencias de las FARC podrían negociar con un gobierno de izquierda, pero, el sectarismo con el que se ha manejado históricamente el ELN hace que sea muy pedregoso el camino de la negociación. Además el objetivo final de estos grupos armados ya no es el de tomarse a Bogotá, el de llegar en tanques a la Plaza de Bolívar, sino resistir, mantener su poder en un territorio determinado. La investigadora Laura Bonilla, en medio de los espacios a los que ha sido invitada para promocionar el libro, ha dejado dos reflexiones importantísimas: el nivel de crecimiento de los grupos armados es el mismo, con o sin negociación – las disidencias FARC se expanden durante los cuatro años en los que Iván Duque fue presidente- y lo otro es que la población debe prepararse para lo que debe hacer la fuerza pública de acá al 2026: recuperar el territorio teniendo en cuenta el cuidado que se debe tener a los derechos humanos.