
El paramilitar Francisco Villalba era el testigo clave en el caso que se le seguía a Alvaro Uribe Vélez por la masacre del Aro en Antioquia en donde fueron asesinados 15 campesinos. Un líder como Jesús María Valle le advirtió una y otra vez al entonces gobernador que estaba a punto de perpetrarse esa masacre por parte de los paramilitares pero Uribe, impulsador de las CONVIVIR, en vez de tomar cartas en el asunto decidió estigmatizar a Valle quien sería asesinado el 28 de febrero de 1998. Villalba estaba condenado a 33 años de prisión, en el año 2009 sale de la cárcel cumpliendo sólo un cuarto de su condena. 22 días después de estar en libertad lo asesinaron. Sobre lo que ha rodeado a testigos en los casos en los que ha sido investigado Alvaro Uribe se ha hablado en columnas de Daniel Coronell, y en los principales periódicos del país. En el juicio que se le está siguiendo al expresidente el abogado Miguel Angel del Rio denunció este lunes 3 de marzo que habían amenazas contra Juan Guillermo Monsalve, su mamá y su hermana.
Pero no pudo hablar porque lo mataron. Tenía 37 años. La Corte Suprema de Justicia le ordenó que se le diera protección pero nadie movió un dedo. Uribe si movió su mano para trinar. Recién se conoció la noticia el expresidente publicó lo siguiente: “Carlos Areiza era un bandido, murió en su ley. Areiza es un buen muerto”. Estas declaraciones despertaron una tormenta política contra el expresidente quien se convirtió en el primero, con ese rango, en ser llevado a un juicio por manipulación de testigos. Monsalve y otros testigos del caso Uribe han denunciado constantemente acoso por parte de la defensa del ex mandatario y han hecho público que temen por sus vidas.