Es paradójico que en el evento de hace unas semanas donde Abelardo de la Espriella lanzó su movimiento Firmes por la patria, en el Movistar Arena, uno de sus aliados políticos, Miguel Polo Polo prometió regresar a los bombardeos contra los grupos armados que azotan el país. Es que desde el 31 de agosto del año 2022, cuando apenas llevaba unos días como presidente de la república, Gustavo Petro anunció que cesarían los bombardeos contra estructuras armadas como el ELN, las disidencias de las FARC, y el Clan del Golfo. La razón era que no corrieran riesgos menores de edad, reclutados de manera ilegal por estos grupos armados. El gobierno de Iván Duque se vio implicado en escándalos parecidos por uso de la fuerza en campamentos donde estos grupos armados usaban niños casi como escudo.
Sin embargo, el gobierno Petro realizó, en cabeza de su ministro de Defensa, Pedro Sánchez, un bombardeo el pasado 11 de noviembre en Calamar, Guaviare. Esta acción bélica dejó siete menores de edad asesinados, lo que le ha traído una oleada de críticas incluso por parte de sectores afines a su gobierno. Ante las críticas, el jefe de Estado salió a justificar esta acción en sus redes sociales: “Claro que es lamentable toda muerte de personas y más de menores de edad. Pero si se deja avanzar los 150 hombres de Iván Mordisco que iban por la selva, entonces emboscan 20 soldados jóvenes que estaban al frente a pocos kilómetros. Quizás hoy la crítica que me harían es porque dejé emboscar a los soldados”.
Ante esta acción, la Justicia Penal Militar inició una indagación e, incluso, este martes 18 de noviembre, el ministro Pedro Sánchez deberá comparecer a una moción de censura propuesta por la congresista Katherine Miranda. Las Fuerzas Armadas anunciaron de esta manera la indagación: “La institución asume este proceso con la máxima rigurosidad jurídica y técnica, con el propósito de verificar de manera objetiva si las acciones empleadas por los miembros de la fuerza pública se ajustaron a los principios y reglas que orientan el uso legítimo de la fuerza en el contexto del conflicto armado”.
Muchos han criticado la acción de inteligencia nacional a la hora de ordenar estos ataques, ya que se tenía que tener la máxima seguridad a la hora de responder con fuego ante la existencia de estos grupos, pero evidentemente hubo una falla que el presidente justificó de esta forma: “En las 12 acciones de bombardeo que he ordenado en mi gobierno, he pedido el máximo de inteligencia para evitar muerte de menores y lo he hecho sobre la base de neutralizar mandos de los grupos del narco”, subrayó el jefe de Estado, recalcando que “debía preservar, antes que nada, vidas de soldados expuestos a una acción ofensiva letal”.
Por una acción parecida, el expresidente Iván Duque fue duramente cuestionado en su gobierno. La ONU ya expresó “su profunda preocupación” por estos hechos.