Así llega la cuarta y última legislatura del Congreso. Capítulo 2: Las presidencias de Senado y Cámara

Los acuerdos políticos pactados en 2022 entre los distintos partidos implicaban que, para la última legislatura del Congreso, las presidencias para Senado y Cámara corresponderían al Partido Liberal y Cambio Radical respectivamente. Sin embargo, tras la reciente decisión de Cambio Radical de modificar su declaración política frente al gobierno nacional, algunos sectores argumentaron que Cambio Radical incumplió los acuerdos y, en consecuencia, la apuesta por la Presidencia de la Cámara condujo al surgimiento de una nueva postulación por parte del Partido de la U.

En el caso de la disputa en Senado, el Partido Liberal tuvo una división interna en los días recientes. Si bien el candidato oficial de la agrupación era el bolivarense Lidio García, el senador Alejandro Chacón protagonizó un intento de disidencia al interior del liberalismo, la cual pretendía hacer resistencia a las orientaciones dadas por el presidente del partido, César Gaviria. De este modo, Chacón había planteado interés por presentar su nombre como presidente del Senado; sin embargo, tal pretensión no se materializó, y terminó declinando su candidatura a tan solo unas horas de la elección.
 
Ante tal escenario, el camino quedó libre para Lidio García, siendo el único candidato y obteniendo 97 de 100 votos posibles. Pese a que García es fiel alfil de César Gaviria y a lo largo de su actividad legislativa no ha respaldado iniciativas del gobierno, como la Consulta Popular; el ministro del Interior, Armando Benedetti, expresó que “con García, el Gobierno contaría con todas las garantías”.
 
 
 

Lidio García Turbay

 Es comunicador social de la Universidad Autónoma del Caribe. Su carrera política ha estado vinculada al Partido Liberal, e inició a la par de su carrera musical como vallenatero. En 1994, alcanzó su primer cargo de elección popular, siendo elegido concejal de El Carmen de Bolívar. Posteriormente, llegó en 1997 a la Asamblea Departamental de Bolívar, corporación en la que se desempeñó como diputado durante tres periodos.  
 
Fuente: La Silla Vacía
Fuente: La Silla Vacía
 

En 2006 dio un salto a la política nacional, presentando su nombre como candidato a la Cámara de Representantes, en fórmula con el exsenador Vicente Blel Saad, condenado por concierto para delinquir agravado, debido a sus vínculos con la parapolítica. Pese a ser su primera vez en la corporación, rápidamente logró insertarse en ella, ocupando incluso el cargo de segundo vicepresidente de la Cámara en 2008.

En 2010, dobló su apuesta, buscando llegar al Senado de la República; sin embargo, la votación obtenida no logró llevarlo al Congreso, pero ese mismo año, el entonces procurador Alejandro Ordóñez ordenó la destitución de Piedad Córdoba, bajo el argumento de tener supuestos vínculos con las FARC. Tal decisión le posibilitó a García ocupar la curul de Córdoba, en tanto que era el siguiente en la lista.
 
En 2014, 2018 y 2022 fue elegido nuevamente como senador, las tres elecciones han tenido un común denominador: un incremento importante en el número de votos con respecto a la elección inmediatamente anterior. A tal punto ha sido su capital político -especialmente en ciudades como Cartagena, Turbaco y Magangue– que incluso para el periodo 2018-2022 fue el senador liberal más votado; de hecho, en la segunda legislatura del periodo en cuestión, García ejerció como presidente del Senado. Para aquella ocasión su rol no tuvo mayor protagonismo, pues coincidió con el desarrollo de la pandemia por el COVID 19.

Ahora bien, Lidio García proviene de una familia con múltiples participaciones en la política caribe. Su hermano, José Félix García, es diputado de Bolívar (2024-2027). Su tío materno es David Turbay, gobernador de Bolívar, senador y contralor general de la República. En 1999, un juez especial de Bogotá lo condenó por enriquecimiento ilícito, a raíz de su participación en el Proceso 8000. Además, su primo es Dumek Turbay, exgobernador de Bolívar (2014-2018) y actual alcalde de Cartagena (2024-2027).

En 2022, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia ordenó la prescripción de un proceso que durante diez años estuvo en manos de la Corte en contra de García, relacionado con presuntos hechos de parapolítica. Según José Reyes Regino, alias Güeño, exintegrante del Frente Canal del Dique, había “visualizado en el primer semestre de 2003 la asistencia de García Turbay en un encuentro con los miembros de las autodefensas”. Cabe señalar que, en su momento, los magistrados Marco Antonio Rueda y César Augusto Reyes expresaron su inconformidad con la decisión de la Corte, argumentando que sí existían elementos probatorios suficientes para continuar con el proceso.

Adicionalmente, en 2022, el nombre de Lidio García apareció en un expediente de la Fiscalía en el que se investigaban las presuntas irregularidades en la elección de Nubia Fontalvo Hernández como contralora de Cartagena, en 2016. Según El Espectador, el fiscal asignado mencionó que “los señores Lidio García Turbay y Daira Galvis Méndez, senadores de la República, hicieron parte de los acuerdos y repartos clientelistas en la Contraloría Distrital”. Al parecer, los dos políticos en cuestión habrían participado en la compra de votos al interior del Concejo, en favor de Fontalvo.

García también ha sido objeto de cuestionamientos asociados a presuntas coimas en su departamento. Al parecer, en 2022, la Fiscalía solicitó a la Corte Suprema de Justicia investigar a Dumek Turbay y a Lidio García, a raíz de la posible financiación de la campaña de este último al Senado, en 2018, con dineros provenientes de la Gobernación de Bolívar, durante la administración departamental de su primo, Dumek Turbay y que habrían correspondido a la construcción del alcantarillado de El Carmen de Bolívar.

Ahora bien, para la presidencia de la Cámara de Representantes, la disputa se dio entre Néstor Rico de Cambio Radical, y Julián López, del Partido de la U, siendo este ultimó el hombre que se quedó con el cargo, con 104 votos, versus los 76 obtenidos por Rico. La elección de López representa una victoria parcial para el gobierno. Si bien es cierto que el representante en cuestión pertenece al Partido de la U, ha sido cercano a Petro.

 

Julián David López

Es administrador de empresas de la Universidad Javeriana, y cuenta con una maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia. Es hijo del político vallecaucano José Ritter López, exsenador (2018-2022) y, recientemente, notario del circuito de Cali, nombrado así por el presidente Gustavo Petro, en mayo de 2025. 

 
Fuente: El País
   Fuente: El País
 

En 2022, Julián David López llegó por primera vez al Congreso, alcanzando 52.864 votos, con los cuales logró elegirse representante a la Cámara por el Valle del Cauca, avalado por el Partido de la U. Cabe mencionar que su capital político se fortaleció -en gran parte- por el electorado heredado de su padre.

Previo a su llegada al Congreso desempeñó diferentes cargos en el sector público, como asesor en el Ministerio del Interior durante el gobierno de Juan Manuel Santos, director regional en la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, y secretario general de Coldeportes, cuando se encontraba bajo la tutela de Clara Luz Roldan, actual presidenta del Partido de La U.

 

Si bien es cierto que López pertenece al Partido de la U y es representante a la Cámara por el Valle del Cauca —el mismo departamento de la líder de dicho partido, Dilian Francisca Toro—, López ha tenido ciertas diferencias con Toro. Además, para las elecciones presidenciales de 2022, López respaldó la candidatura del hoy presidente, Gustavo Petro; y a lo largo de su actividad legislativa ha apoyado algunas iniciativas del gobierno, ejemplo de ello, la Reforma a la Salud que, pese a la decisión de su partido de votarla negativamente, el representante vallecaucano insistió en la necesidad de aprobarla. Incluso, una semana antes de la instalación de la última legislatura del Congreso, el presidente Petro se reunió con López en la Casa de Nariño.

 

Las nuevas presidencias de Senado y Cámara ratifican en el último año la división del Congreso

 
Fuente: La FM      Fuente: La FM
 

Ninguno de los dos resultados, tanto en Senado como en Cámara de Representantes, fue inesperado para el gobierno de Gustavo Petro. A diferencia de la elección de Iván Name, que surgió como tercería en la confrontación entre Angélica Lozano e Inti Asprilla para la presidencia de Senado del Verde en 2023, ya se había cantado desde varios días atrás el apoyo que las bancadas le brindarían a cada uno de los candidatos elegidos.

Esto, a pesar de que Cambio Radical quiso reivindicar su turno en la presidencia de la Cámara apelando a los acuerdos iniciales establecidos con los partidos y lanzó a última hora el nombre de Néstor Leonardo Rico. El triunfo de López demostró que el gobierno sigue teniendo control férreo de la Cámara, y que no surgiría un escenario como el que había pasado en Senado dos años atrás.

Por lo que es posible afirmar, en cierto modo, que la confrontación entre el Gobierno y el Congreso no terminó de cambiar sustancialmente su composición, así como tampoco lo hicieron las denuncias contra congresistas en el marco del caso de corrupción de la UNGRD, ni tampoco el apresamiento de Iván Name y de Andrés Calle.

El gobierno sigue conservando una mayoría de más de 100 votos en Cámara, mientras que en Senado aun cuenta con el apoyo de su bancada y de un amplio sector de Verdes y de algunos independientes de La U y liberales, que siguen siendo votos bisagra bastante volátiles. Esta composición no ha cambiado sustancialmente entre la tercera y la cuarta legislatura.

 

Lo que sí es verdad es que es posible que el panorama de confrontación que dejó Efraín Cepeda en el Senado tienda a decantarse y Lidio García elija no confrontarse directamente con el gobierno Petro. No lo hará, no solo por su probada cercanía con funcionarios como Armando Benedetti, ni tampoco por la posibilidad de que sus decisiones en la mesa directiva varíen respecto a cuotas burocráticas —de las que funcionarios del gobierno, como Felipe Harman, lo han señalado—, sino también por la misma dinámica en la que el Congreso entra en etapa preelectoral y electoral, donde, de manera informal, el proceso parlamentario se ralentiza debido a las campañas políticas territoriales para elegir nuevos legisladores.

En su discurso inaugural, García dio varios guiños de que no se negaría a tender puentes con el gobierno. Señaló, por ejemplo, la necesidad de escuchar las demandas sociales y que el Senado legisle las reformas necesarias para las mismas, así como habló de garantías de participación y desescalamiento para todos los partidos. En cierto sentido, pretende pacificar al Congreso, temiendo que el gobierno vuelva a tensar las vías institucionales para forzar escenarios de negociación.

Incluso, García señaló que, en caso dado de que surgiera su trámite de forma legal, como establece la Constitución, no se cerraría como presidente a permitir el diálogo sobre una potencial Constituyente.

También, según fuentes cercanas al Partido Liberal consultadas por la Fundación Paz y Reconciliación y que pidieron anonimato para hablar con libertad, es probable que el camino que tome Lidio García, en caso dado de que el gobierno decida ejercer presión vía consultas populares, sea ralentizar la agenda legislativa, aprovechándose de la coyuntura preelectoral.

No es para menos. A diferencia del cierre de la tercera legislatura, el Congreso estaría mejor preparado para afrontar un nuevo escenario de presión, en tanto ya conocen la estrategia del gobierno. La prueba está encima. El gobierno radicó la nueva Ley de Sometimiento, así como las discusiones sobre el presupuesto inician en menos de un mes y la Reforma a la Salud está próxima a comenzar su debate en Comisión VII, por lo que apuesta por que en este último año se tramite una agenda ambiciosa que sirva como resultado al cierre de su gestión, en 2026.

Aun así, es posible que el Senado decida evitar la confrontación directa y elija dispersarse para diluir el debate.

Frente a la presidencia de Cámara, es claro que Julián López mantendrán la misma línea de la gestión de Jaime Raúl Salamanca, Andrés Calle y David Racero. Aunque, en las elecciones de la primera y segunda vicepresidencia, el gobierno no logró poner a sus candidatos (quedaron Juan Sebastián Gómez, de Nuevo Liberalismo, y Daniel Carvalho, de Verde Oxígeno), sabe que tiene el control de la mayor parte de las bancadas de esta corporación.

Esto quedó demostrado con la votación de la Reforma Pensional en sesiones extras, donde la subsanación tuvo también 104 votos, los mismos que llevaron a la presidencia a Julián López.

 

Pero también el triunfo de López demuestra que el gobierno conserva su capacidad y fuerza para mantener a los partidos fragmentados de sus direcciones. López, como lo enunciábamos anteriormente, tiene diferencias con Dilian Francisca Toro y la dirección del Partido de la U. Del mismo modo, César Gaviria señaló que su partido no votaría por López, mientras la bancada cantaba su voto hacia el mismo. Lo mismo había sucedido en el Partido Conservador.

 

Esta fragmentación funciona para el gobierno porque le permite tener una cercanía más individual y mayor margen de negociación con parlamentarios particulares, en partidos donde la disciplina de bancada no suele imponerse. Por esto mismo es que tanto el Partido Conservador como Cambio Radical han buscado disciplinar a sus congresistas sancionándolos por apoyar al gobierno, estrategia que ha tendido a no funcionar del todo.

 

A modo de cierre

 A lo largo de esta semana se elegirán las mesas directivas de las comisiones constitucionales que componen el Senado y la Cámara de Representantes. Desde la Línea de Democracia y Gobernabilidad les pondremos la lupa a quienes lleguen a estas presidencias y su importancia frente a los trámites de la última agenda legislativa del gobierno de Gustavo Petro.