La violenta conmemoración de los 61 años del ELN

Han pasado 61 años, desde que inicio la marcha por San Vicente de Chucurí, que más adelante terminaría en la Toma de Simacota con la creación de la que hoy conocemos como la guerrilla más antigua del continente. El ELN (Ejército de Liberación Nacional), en el marco de la conmemoración de sus 61 años, desplegó un amplio repertorio de acciones simbólicas, armadas y de control territorial, que abarcaron múltiples regiones del país. Con un aproximado de 40 acciones, desde el 4 de julio hasta el 9 de julio, el ELN realizó un conjunto de acciones simbólicas y militares que van desde la instalación y creación de banderas y grafitis, hasta ataques a la fuerza pública con explosivos y un burro bomba. Este último hecho pone nuevamente en el ojo público, la degradación de la guerra y el uso de estrategias de terror que, en la historia del país, habían sido atribuidas al paramilitarismo[1]. Aunque el cumpleaños de este grupo fue el 4 de julio, estas acciones, se realizaron durante toda la semana y fueron particularmente visibles en departamentos como Norte de Santander, Cauca, Valle del Cauca y Chocó, donde mantienen estructuras activas.

Dentro de las acciones monitoreadas desde Pares, se encontraron acciones como la instalación de grafitis, banderas y vallas propagandísticas; la detonación de cilindros explosivos; la quema de vehículos; ataques armados contra la Fuerza Pública; y retenciones. Uno de los hechos más alarmantes fue el uso de un “burro bomba” en el municipio de Valdivia, Antioquia. Este atentado realizado por la compañía “Héroes de Tarazá” en la vereda Las Alemanias, dejo un saldo de un soldado muerto y varios militares heridos. Esta acción no solo viola los principios del Derecho Internacional Humanitario, sino que deterioran aún más las posibilidades de construcción de confianza en escenarios de diálogo. Es importante recordar que esta no es la única vez que el ELN utiliza animales como objetos de guerra. Ya dentro de las duras imágenes de las afectaciones humanitarias en el Catatumbo en enero de este año, pudimos ver la imagen de otro animal con las orejas cortadas y marcado con el nombre del ELN. (Caracol Radio, 2025)

 
Burro con orejas cortadas en el Catatumbo. Foto Tomada de redes sociales.
Burro con orejas cortadas en el Catatumbo. Foto Tomada de redes sociales.
 

El municipio de Valdivia, en lo corrido de este año se ha visto golpeado por una serie de acciones en contra de la fuerza pública. El 6 de junio, en medio de un ataque a una estación de policía, murió la patrullera María Alejandra Vieda Almario, de 23 años. (El Colombiano , 2025) Y de acuerdo con información territorial, se han identificado varias zonas con minas antipersonas. Por su parte tras el atentado, el gobernador de Antioquia, afirmo desde su cuenta de X, en este año ya van al menos 19 policías y soldados asesinados en el departamento.

Aunque la mayoría de las acciones fueron simbólicas, el ELN, sigue demostrando su capacidad operativa, con un conjunto de acciones disipadas que desafían la presencia estatal. Acciones como los lanzamientos de explosivos y la quema de vehículos, a pesar de no requerir un despliegue logístico amplio, se consolida como una estrategia de intimidación y control del territorio, causando terror en la población civil. La mayoría de estos hechos se concentraron en corredores estratégicos como las vías principales del suroccidente colombiano, como la vía Panamericana, y zonas fronterizas del nororiente del país. Este repertorio de violencia coincide con el patrón histórico del grupo, que mezcla acciones propagandísticas con operaciones de hostigamiento militar, especialmente en fechas conmemorativas.


El mensaje del ELN sigue siendo el mismo. Y la reivindicación de la lucha armada como forma de resistencia frente a lo que consideran un Estado opresor, que solo responde a los llamados intereses de la “oligarquía y las transnacionales”, se ha convertido en una narrativa recalcitrante en sus comunicados. A pesar de que el ELN se posiciona como una “alternativa de poder” en varios territorios del país. Y plantea su permanencia como necesaria mientras persistan las desigualdades. Sus acciones van a en contravía a sus llamados a la paz y la justicia social, y perpetúan aún más la violencia en los territorios más necesitados del país. Una conmemoración, que en otros contextos podría haber sido una oportunidad para reafirmar compromisos con las comunidades, se transformó en una escalada violenta que pone en evidencia los límites y las falacias ideológicas de esta organización.

Finalmente, es importante resaltar que la mesa de negociación entre el Gobierno Nacional y el ELN se encuentra suspendida. De acuerdo con nuestro último informe, titulado La Paz ¿Como vamos? Radiografía de los procesos de diálogo en Colombia entre 2022-2025. En el monitoreo de seguimiento a la mesa de negociación, se identificaron 393 posibles violaciones al cese al fuego bilateral, la reanudación de retenciones ilegales con fines económicos, y un incremento de acciones armadas contra la población civil, con un total de 460 eventos violentos registrados. Todo esto a pesar de haberse desarrollado seis ciclos de negociación, la firma de 28 acuerdos y nueve protocolos, y la participación de más de 3.000 organizaciones sociales a través de 78 espacios habilitados para el diálogo. (Fundación Paz y Reconciliación y Vivamos Humanos, 2025).

La estrategia del ELN en esta conmemoración tan solo confirma su intención de mantenerse como un actor beligerante activo, con capacidad de alterar el orden público, en un contexto de incertidumbre sobre la continuidad de los diálogos de paz con el Gobierno Nacional. Este balance deja en evidencia que, pese a los esfuerzos de negociación, el ELN sigue recurriendo a métodos armados para proyectar fuerza, controlar territorios y al parecer, replantear la idea de Paz Total, por Guerra Total.

 
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Paola Marin Molano

Licenciada en Ciencias Sociales, Especialista en Justicia, Víctimas y Construcción de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, con experiencia en análisis e investigación de conflicto armado en el marco de Acuerdos de Paz. Diseño y análisis de métodos de investigación cualitativos para la elaboración de instrumentos de medición social, desarrollo y seguimiento a Política Pública. Temas de interés asociados a la construcción de paz, derechos humanos, construcción de memoria y enfoque de género.