
En las últimas semanas, en el Caribe colombiano han corrido vientos susurrantes que, en conjunto con los rayos solares que tocan el suelo costero, han despertado los discursos e intereses en el marco de la Transición Energética Justa y los proyectos renovables en esta región potencial del país. La Transición Energética en el Caribe segu se ha instalado como discurso de progreso y sostenibilidad, sin embargo, detrás de los anuncios se encuentran realidades diversas, dependiendo del departamento. Hablar de avances generales sin hablar de Atlántico, Bolívar, Magdalena y La Guajira es quedarse en la superficie: cada uno vive una Transición distinta, con luces y sombras que construyen el panorama completo.
El Caribe colombiano tiene los elementos para liderar no solo en energía, sino en energía con justicia. Para lograrlo, debe garantizar claridad en contratos, inversión en líneas y conexiones, participación sostenida de comunidades y visión a largo plazo. Solo así sus parques brillarán con más que electricidad: con dignidad, equidad y transformación colectiva.