El misterio alrededor del origen del Bloque Metro de las AUC

Pablo Hernán Sierra, mejor conocido como Alberto Guerrero, o Pipintá, asistió como testigo al día 21 del juicio que se le seguía a Álvaro Uribe Vélez por soborno, soborno en actuación penal y fraude procesal. Después de que Jaime Lombana, cabeza de la defensa del expresidente, lo interrogara, Marlenne Ojeda, la fiscal del caso, lo abordó. Bastaron un puñado de minutos para que Pipintá vinculara a Uribe con la creación del Bloque Metro.

Desde que arrancó el juicio, exparamilitares, en declaraciones a Justicia y Paz, coincidían en un punto: el Bloque Metro había nacido en la hacienda Guacharacas. Todo aquel que se haya interesado por la vida del expresidente conoce la leyenda de Guacharacas. El 14 de junio de 1983, en un helicóptero marca Hugues 500, de color azul y blanco, llegó a su hacienda, ubicada en San Roque, al borde del río Nus, Alberto Uribe Sierra. Lo acompañaban dos de sus hijos, Santiago y María Isabel. Aunque a veces a él le gustaba manejar el helicóptero, esa tarde buscó a uno de sus pilotos de confianza, Bernardo Riberos.

Alberto Uribe llevaba semanas sin visitar su hacienda. La guerrilla lo tenía acosado. El capataz de San Cipriano, una finca panelera vecina a Guacharacas, que también era suya, había sido asesinado por el frente 36 de las Farc, que mandaba en todo el nordeste antioqueño. Uribe Sierra se creía sentenciado. Eran las 11:30 de la mañana, estaba en el comedor junto a su hijo Santiago, cuando le alertaron que, en la entrada de la hacienda lo buscaban catorce hombres armados. Uno de los trabajadores de la finca, Jimmy Adarve, contó su versión de los hechos a El Colombiano. Adarve, junto a Santiago Uribe, fueron los únicos testigos de la muerte del hacendado.  Uribe Sierra, ante el llamado de los hombres, sacó un arma y empezó a disparar. Santiago lo cubría. Los hombres respondieron con fuego. Uribe Sierra cayó en la entrada de la finca, Santiago Uribe logró escapar hasta el río Nus en donde se zambulló. Tenía un balazo en la espalda.

Una hora después, en Medellín, Álvaro Uribe se enteró de la muerte de su padre. Desesperado se subió a un helicóptero que dos años después terminó apareciendo en Tranquilandia, el inmenso laboratorio de cocaína propiedad de Gonzalo Rodríguez Gacha. Nunca pudo aterrizar, el mal tiempo se lo impidió. Se devolvió a Medellín sin poder ayudar a su papá.

Las Guacharacas tenía en 1983 una extensión de 2.000 hectáreas, partidas por la mitad por el cruce del río Nus. Quedaba justo en la frontera entre Yolombó y San Roque. Su actividad principal era la cría de ganado. Uribe Sierra había tenido varios problemas con los trabajadores de la hacienda. En 1979, un año después de haberla comprado, 68 trabajadores crearon un sindicato llamado Sintraagrícola, exigiendo el pago de sueldos que Uribe Sierra se había demorado en pagar. Desde entonces, los Uribe habían quedado por una guerrilla que se expandía en esa parte de Antioquia.

Aunque Uribe haría, muchos años después, una cruzada contra las Farc, vengando el nombre de su padre, es curioso que entre 1983 y 1994, fecha en la que se lanza a la Gobernación de Antioquia, no existan menciones sobre el asesinato de su padre por parte de esa guerrilla. Incluso las Farc negaron ese crimen. En entrevista con el periodista Gonzalo Guillén, Julián Gallo, conocido en su vida guerrillera como el comandante Carlos Antonio Lozada, dijo sobre la muerte de Alberto Uribe: “sería muy importante conocer en qué va esa investigación en la Fiscalía, porque en este país ha sido costumbre atribuir a las Farc-EP la responsabilidad hasta de los desastres naturales, y por eso sería muy importante y muy interesante, conocer el estado de esa investigación, qué se sabe de los posibles responsables, qué pruebas se tienen”.

Los hijos de Alberto Uribe Sierra mantuvieron la finca 13 años después de su asesinato. El 1 de enero de 1995 Álvaro Uribe se posesionó como gobernador de Antioquia. Un día después, guerrilleros del frente Bernardo López Arroyave del ELN entraron a Guacharacas y se robaron seiscientas reses. Además, le prendieron fuego a la casa principal. En 1996, vendieron la propiedad a la familia Gallón Henao, los asesinos del defensa de la selección Colombia Andrés Escobar en una discoteca en Medellín, en 1994, y quienes eran socios de Luis Villegas.

El 2 de abril de 2025, Pablo Hernán Sierra dijo frente a la fiscal Ojeda: “Juan Guillermo Monsalve y yo empezamos a hablar, y sabíamos de los vínculos de Uribe con la organización, cómo inició con Luis Villegas, con todo. Porque es que lo que terminó llamándose el Bloque Metro surge es por Luis Villegas, sin Luis Villegas no hubiera surgido eso, y sin Uribe tampoco”.
 

Sierra habla de Juan Guillermo Monsalve. Monsalve es una pieza clave en esta historia.

Iván Cepeda recibió en 2009 los testimonios de dos exparamilitares: Pablo Hernán Sierra García, que en ese momento estaba recluido en la cárcel de máxima seguridad de Itaguí, y Juan Guillermo Monsalve, que pagaba su condena en Cómbita. A Monsalve le decían Guacharaco porque había crecido justamente allí, en esa hacienda. Su papá, Oscar Antonio, era el capataz de esa finca, que tan malos recuerdos le trae a Uribe.
 

El testimonio que le dio Monsalve, testigo de excepción, a Iván Cepeda, fue lo que ha desencadenado, 15 años después, que Uribe esté en un juicio. Todos saben que se convirtió en el primer presidente de Colombia en ser llevado a juicio, acusado de haber intentado torcer el testimonio de Monsalve, usando a su abogado, el controvertido Diego Cadena. Pero la almendra de todo este lío podría ser la presunta participación de Uribe en la creación del Bloque Metro de las AUC.

Aunque Monsalve nació en Yarumal, en 1986, con ocho años, llegó a Guacharacas de la mano de su padre. En ese lugar vivieron diez años. Monsalve trabajó varios años para Carlos Mauricio García Fernández, mejor conocido como Doble Cero, máximo jefe del Bloque Metro. García Fernández perteneció al ejército a donde llegó al grado de teniente. Fue miembro de los Pepes, la organización criminal que combatió a Pablo Escobar y era hombre de confianza de Fidel Castaño. Era sanguinario, pero tenía principios. Uno de ellos era evitar que los paras se transformaran en un cartel de la mafia. Por eso, se entrelazó en una disputa con alias Don Berna, en donde terminaría asesinado en Santa Marta. Monsalve, después de trabajar con Doble Cero, le sirvió a los Rastrojos, el grupo que creó Wilber Varela, alias Jabón, capo del cartel del Norte del Valle. En 2008 Monsalve fue condenado a 40 años de cárcel.
 

En 2018, años después de haber acusado a Uribe de la creación del Bloque Metro de las AUC, Monsalve le contó a Reinaldo Villalba, abogado de Iván Cepeda, que un miembro del Centro Democrático, del departamento del Huila —el excongresista Álvaro Hernán Prada está siendo investigado por estos hechos— lo había buscado para que torciera su versión y afirmara que Iván Cepeda le habría tratado de sobornar para hundir al expresidente.

La Unidad de Justicia Transicional de la Fiscalía, que alguna vez se llamó Justicia y Paz, ha tenido un reto muy grande reconstruyendo la historia del Bloque Metro de las AUC. Existió un canibalismo entre sus propios miembros, un exterminio interno que terminó arrasando con la memoria de esta estructura armada. Tal y como lo marca Verdad Abierta, este grupo jamás se desmovilizó ni llegó a ningún acuerdo con el gobierno. Sus miembros más importantes fueron asesinados, como fue el caso de Doblecero. No existen dolientes para los crímenes que cometió este grupo.
 
Para conocer sus orígenes hay que regresar a 1983, el año en el que fue asesinado Alberto Uribe Sierra. En San Roque, como en todo el nordeste antioqueño, mandaban el frente 36 de las Farc y el frente Bernardo López Arroyabe del ELN. Este reinado duró hasta 1995. Ese año, el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe firmó la resolución 42378 del 18 de noviembre del 1996 en donde se otorgaba personería jurídica a la asociación de seguridad privada El Cóndor. Su área de operación eran los municipios: Vegachí, Yalí, Cisneros, Yolombó, San Roque, Maceo. Se daba marcha a las Convivir, que habían sido creadas no por Uribe, como quedó en el imaginario colectivo, sino por César Gaviria en el decreto 356 del 11 de febrero de 1994.

La Convivir El Cóndor estaba liderada por Luis Alberto Villegas Uribe, quien fue nombrado en la audiencia del 3 de abril de 2025 por Pablo Hernán Sierra durante el juicio al expresidente. El Cóndor funcionaba gracias a una vaca a la que aportaban reconocidos ganaderos de la región, como Santiago Gallón Henao, quien fue capturado en enero de 2018 por pertenecer a una red de tráfico de cocaína. Un año después, fue dejado en libertad por vencimiento de términos. Esta decisión de la Fiscalía de Francisco Barbosa despertó una ola de críticas y cuestionamientos. Según relatos consignados en Justicia y Paz, Gallón Henao y Villegas fueron los creadores del Bloque Metro.

La fecha de fundación de este grupo es 1996. El elegido por la Casa Castaño para formar este grupo, que contrarrestaría a las guerrillas que pastaban en el nordeste antioqueño, sería Carlos Mario García, un excapitán del ejército, perteneciente a una familia acomodada de Medellín. Era descendiente incluso del general Laureano García, quien fue senador y durante la guerra de los Mil Días fue uno de los héroes de las huestes conservadoras. Pero no solo eso, Laureano García se destacó por ser uno de los fundadores del periódico El Colombiano y sería incluso rector de la Universidad de Antioquia. Los papás de Doblecero —como se terminaría conociendo a Carlos Mario García— eran dos conocidos abogados, Carmenza Fernández y Antonio García, quienes además fueron profesores de la Universidad de Antioquia, una institución que se ha caracterizado por fomentar el libre pensamiento.

Nunca entendieron por qué a su hijo le había dado por ser soldado. García, idealista, cuestionaba la poca efectividad con la que las Fuerzas Armadas combatían, a principios de los años noventa, a los insurgentes. Por eso se unió a la Casa Castaño. Se convirtió en íntimo de Carlos y Vicente. Las AUC tenían urgencia para combatir a las guerrillas que cabalgaban por Antioquia. Entre octubre y diciembre de 1996, el Bloque José María Córdoba derribó 26 torres de energía en el noreste de ese departamento. García fue el encargado de entrenar a lo que se conocería como el Bloque Metro.

Según la declaración de Pablo Hernán Sierra, Doblecero tenía una ayuda invaluable en este entrenamiento, y era el exsoldado profesional John Jairo Mejía Arcila, conocido como el filósofo o “Filo”. Como Monsalve, de niño, Mejía Arcila trabajó como peón en Las Guacharacas. Él fue el encargado de reclutar los primeros treinta y cinco hombres que conformaron el Bloque Metro. El entrenamiento lo habían hecho en el predio de Las Guacharacas, según el testimonio de Sierra. Aunque en testimonios posteriores, otros testigos intentaron descalificar el testimonio de Sierra, durante el juicio, el expara dijo sobre Uribe frases tan contundentes como las siguientes: “Uribe, quieran o no quieran, es el referente político de las autodefensas. Uribe, sin el Inri del paramilitarismo, no sería nada, sería un político más, y Uribe no es un político más, Uribe es el más”.

Los hermanos Luis Alberto y Juan Guillermo Villegas Uribe serían los encargados de conseguir las armas y los recursos para mantener la tropa. Los primeros indicios del Bloque Metro los encontramos justamente en la Universidad de Antioquia. Allí aparecieron panfletos en los que se sentenciaba: “fuera terroristas de la Universidad de Antioquia, responsables de ataques en fincas del oriente antioqueño”. A esta labor urbana se combinaba la advertencia a campesinos, quienes recibieron en sus casas mensajes como estos: “Campesinos, aléjense de la guerrilla, guerrillero, ustedes o nosotros. La guerra sin cuartel ha comenzado”.

El Bloque Metro se alimentó con sicarios de la banda La Terraza, algunos de ellos habían sobrevivido a las guerras de Pablo Escobar. En Medellín torturaban, asesinaban y desaparecían. En el campo perpetraban masacres.  Pronto los Villegas ya dejarían de financiar al Bloque Metro y este se alimentaba de la extorsión a comerciantes y a estaciones de gasolina. En Medellín, Doblecero se encontraría a su peor enemigo, el que terminaría matándolo: Diego Murillo Bejarano, el temible Don Berna, quien le declaró la guerra.

Con el apoyo de la policía y el ejército y trabajando conjuntamente con el Bloque Central Bolívar, y con las fuerzas de H.H, que llegaban de Urabá, lo fueron cercando. Eran 2.000 hombres contra cinco acompañantes, que se mantenían junto a Doblecero. Creyó encontrar protección entre las autodefensas de Puerto Boyacá, pero finalmente lo traicionaron y le pusieron un caballo para que fuera solo. Atravesó el cañón del río Nus hasta Puerto Berrío en donde tomó, desarmado y sin hombres, un bus hasta Bogotá, y de allí salió escondido en un bus que lo llevó hasta El Rodadero, en Santa Marta.

Cuando llegó al apartamento que tenía en el balneario, llamó a la familia. Vendió lo poco que tenía a la mano, un Montero y un Daihatsu. Se encerraba días leyendo historia de Colombia, una de sus pasiones. Se levantaba temprano, antes del amanecer, a correr por la playa. Estuvo varios días con Mónica su esposa, con su hija Sara y su hermana Beatriz, y mantuvo contacto con el escritor y periodista italiano Aldo Civico, al que le alcanzó a contar toda su historia. El 26 de mayo de 2004, mientras salía de su apartamento en El Rodadero, un sicario se le acercó y le metió cinco tiros en la cabeza. Don Berna se la había cobrado al fundador del Bloque Metro.
 

Pero el Bloque Metro ya había terminado un año antes. Según la Unidad de Justicia Transicional de la Fiscalía, el Bloque Metro terminó el 17 de septiembre de 2003. Es que ya, a esa altura, esa estructura armada era considerada una disidencia de las AUC. Los bloques Mineros, Bananero y Central Bolívar se unieron para atacar a integrantes del Metro que se habían escondido en la finca Las Margaritas, en el municipio de Gómez Plata, nordeste antioqueño. Fue un combate heroico. Los hombres del Bloque Metro, a pesar de su inferioridad numérica y de armamento, resistieron seis horas antes de ser aniquilados. Doblecero, cuando fue asesinado, ya era un guerrero sin tropa.

Fueron justamente en las indagaciones de Iván Cepeda sobre el origen del Bloque Metro, que exparamilitares empezaron a soltar los nombres de Santiago y Álvaro Uribe, además de la hacienda Guacharacas en 2011. Los testimonios de Monsalve y de Pablo Hernán Sierra señalaban que los hermanos Uribe, apoyados por los Villegas y los Gallón Henao, ayudaron a crear el Bloque Metro para vengarse por el robo de las 600 cabezas de ganado mencionadas anteriormente. Sierra ha sido demandado por injuria y calumnia y, además, ha sido amenazado de muerte. A pesar de eso, catorce años después de haber señalado a los Uribe, se mantiene en su versión.

Estos testimonios fueron los que sustentaron el histórico debate que dio el entonces senador del Polo Democrático Iván Cepeda, el 17 de septiembre de 2014, en el que señalaba al exmandatario y a su hermano como financiadores de grupos paramilitares y socios de narcotraficantes.

En ese momento, Uribe era senador del Centro Democrático. Su reacción fue acudir a la Corte Suprema y denunciar a Iván Cepeda por una supuesta manipulación de testigos.

Como un boomerang, la acusación, una década después, se volvió contra él.
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Iván Gallo

Es guionista de dos películas estrenadas en circuito nacional y autor de libros, historiador, escritor y periodista, fue durante ocho años editor de Las 2 orillas. Jefe de redes en la revista Semana, sus artículos han sido publicados en El Tiempo, El Espectador, el Mundo de Madrid y Courriere international de París.