
La consulta del Pacto Histórico ha ido saltando matones desde cuando se le ocurrió al presidente Petro que lo ideal era agrupar a todas las vertientes de la izquierda en un partido y utilizar el mecanismo democrático de la consulta interna para ordenar sus filas alrededor de una candidatura única a la presidencia y unas listas unitarias al congreso de la república; y luego, con este partido unificado, buscar un frente amplio con otras fuerzas y corrientes del centro del espectro político y concurrir a una consulta en marzo al lado de las elecciones parlamentarias.
Era un buen plan. Pero el Consejo Nacional Electoral no facilitó el proceso. La personería jurídica del Pacto Histórico no estuvo a tiempo y la consulta fue autorizada con bemoles, de manera que aún se discute si el candidato a la presidencia que salga de las elecciones de octubre podrá participar en los comicios de marzo.
Aun así, Petro y el Pacto Histórico han ido sorteando uno a uno los obstáculos. El retiro de Daniel Quintero de la consulta ha sido el último de los escollos y Petro de inmediato declaró su confianza en el proceso y señaló que votaría en las elecciones de octubre, dejando en el aire a Quintero.
Para completar el embrollo se vino encima el ataque de Donald Trump y Marco Rubio al presidente y la amenaza de una intervención militar de los Estados Unidos en territorio colombiano ¿Cuál será el impacto de esta crisis en la popularidad del presidente y en la marcha de la izquierda? ¿Empujará o frenará la votación en la consulta del próximo domingo?
Veamos lo que ha ocurrido en otros países de América Latina. Las amenazas de Trump y de Rubio han favorecido la popularidad de Lula en Brasil y de Claudia Sheinbaum en México y, al parecer, también, le han dado alas a la izquierda chilena que hasta hace unos meses se veía perdida ante el ascenso de la derecha ¿Ocurrirá esto en Colombia?
Colombia no ha tenido los arrestos nacionalistas de Brasil y de México y las élites políticas del país han sido especialmente complacientes con las imposiciones de los Estados Unidos, pero la situación ha variado, quizás, por la manera estridente como se comporta Donald Trump y por el ascenso de la izquierda a la presidencia del país.
En todo caso he visto que el expresidente Uribe y candidatas como Vicky Dávila y María Fernanda Cabal apuestan a favor de Trump y creen que el afecto de estas amenazas será negativo para la izquierda. Pensé que la derecha sería más cauta al valorar las declaraciones de Trump, entre otras cosas, porque el presidente de los Estados Unidos tampoco deja bien parada a la derecha colombiana, para él la ineficacia en la lucha contra el narcotráfico se extienda a los anteriores gobiernos. Pero la gran preocupación de esta corriente política y del empresariado es el impacto del alza de aranceles en las exportaciones colombianas.
Muy distintas fueron las declaraciones de Claudia López y Sergio Fajardo que expresaron su desacuerdo con los ataques de Trump y llamaron a buscar salidas diplomáticas a la crisis. El centro se ubica distante del uribismo y sus candidatos.
En contravía a la derecha, Petro salió a doblar la apuesta convencido de que puede convertir la crisis con Estados Unidos en un factor favorable a la izquierda en los eventos electorales que se avecinan y convencido también de que las sanciones económicas obligarán a un cambio positivo del modelo económico.
En la larga entrevista que le concedió a Daniel Coronell, transmitida en directo por una alianza de medios de comunicación, se lanzó a defender una por una sus actuaciones desde la dura crítica al papel de los Estados Unidos en la Franja de Gaza y la complicidad con el genocidio al pueblo palestino, hasta la denuncia de las graves maniobras militares en el Caribe. Descargó la responsabilidad del auge de los cultivos ilícitos y del tráfico de drogas en Estados Unidos y defendió la idea de un viraje en la lucha contra las drogas.
Petro y la izquierda se juegan su futuro inmediato en la consulta de octubre. Si logran una votación importante, es decir, más de un millón quinientos mil votos, en un tiempo frio, en el que otros partidos o coaliciones no van a consultas, quedarían en pie para participar en la consulta de marzo o ir directo a primera vuelta, al tiempo que apuntalan importantes listas al congreso. Es posible que Petro aproveche los días que faltan para empujar a sus seguidores a las elecciones de su partido con el argumento de defender la soberanía nacional y protestar contra las agresiones de Trump y Marco Rubio.
Además, es muy probable que los electores del Pacto Histórico se inclinen por Iván Cepeda que tiene a su haber una larga experiencia de mediación y búsqueda de acuerdos lo que facilitará las alianzas en otras fuerzas en la marcha hacia la primera y la segunda vuelta.