
Dependiendo de quien cuente la noticia, la Paz Total es una victoria o un fracaso. Desde el 7 de agosto del 2022 cuando Gustavo Petro se puso la banda presidencial, uno de los grandes objetivos de su gobierno fue llegar al silencio total de los fusiles. Al principio hubo experimento exitosos como Buenaventura. Justamente fue en esta ciudad-puerto donde se consiguieron los más contundentes resultados: 87 días sin homicidios. Los Shottas y Espartanos se sentaron por fin a dialogar. Había esperanza no sólo para Buenaventura sino para el Catatumbo, para ese entonces se entraban en negociaciones con las disidencias de las Farc. Por un lado el Estado Mayor Central comandado por “Iván Mordisco”, por el otro, la Segunda Marquetalia liderada por “Iván Márquez”. De igual manera, a pesar de las complejidades que conlleva negociar con un grupo como las EGC -o lo que se conoce como Clan del Golfo- con un claro pasado enquistado en el horror de las Autodefensas Unidas de Colombia, se les ofreció un camino para la paz. A su vez, el gobierno se remangó y consiguió, por ejemplo, llegar más lejos que ningún otro con la esquiva guerrilla del ELN, con más de sesenta años de actividad. El acuerdo de participación, que anunció a mediados del 2024, era una puerta que se abría para que el Comando Central diera el histórico paso a la dejación de armas.
Vivamos Humanos y la Fundación Paz & Reconciliación presentarán el informe ¿Cómo va la Paz? Radiografía en los procesos de diálogo en Colombia entre 2022-2025 el 18 de junio. El informe examina nueve procesos de diálogo realizados en este periodo, exponiendo su estado, la situación de los grupos armados involucrados y la situación humanitaria derivada en diversas regiones del país.