
El 7 de agosto del 2022 Gustavo Petro, después de ser investido como presidente por María José Pizarro, le prometió al país una paz integral, una paz que acallara por fin a los fusiles. Sin importar los fines políticos que podría tener cada estructura armada, cada una de ellas sería abrazada por lo que después se conocería como Paz Total. Se establecieron 9 mesas de negociación. Se empezó a hablar de Paz Urbana. En Buenaventura, a través de un partido de fútbol entre Shottas y Espartanos, las bandas que mandan en la ciudad puerto, se hizo oficial los diálogos entre ellas y se llegó al récord de 86 días sin un sólo asesinato. En Medellín se pudo contactar a los dos jefes de las oficinas de sicarios cuyo orígen podemos rastrear desde los años de Pablo Escobar, nos referimos a alias Tom y a alias Douglas y también consiguieron bajar las tasas de asesinatos. Con el ELN, la más difícil de las guerrillas a la hora de negociar, se logró llegar a un acuerdo de participación que podría abrir un espacio para que este grupo dejara a un lado la lucha armada e intentara desde la política llegar al poder. Con el Clan del Golfo ahora Ejército Gaitanista de Colombia se avanzó en un reconocimiento político a pesar de las fuertes críticas que esto podría generar debido a que las raíces de este grupo están en el paramilitarismo de los años noventa. Con la Segunda Marquetalia, ahora Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano y el Estado Mayor Central (EMC) , ahora Estado Mayor de Bloques y Frentes (EMBF) la negociación siempre tuvo complicaciones, hasta el punto que se decidió, en el caso del EMC, a partir de los desafueros de Iván Mordisco contra la comunidad en el Cauca, seguir la guerra con la fracción que manejaba él y continuar la negociación con el EMBF con los comandantes Andrey Avendaño y alias “Calarcá” .