
El pasado jueves en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación la directora de HRW, Juanita Goebertus, presentó el último informe de la organización centrado en el Catatumbo. El diagnóstico es desalentador y pone en entre dicho los ceses al fuego: después de entrevistar a 65 personas en terreno se evidenció que el Frente 33 de las FARC se ha beneficiado del cese al fuego e incluso ha suscrito proyectos productivos con el gobierno a pesar de que aún no han hecho un acto de dejación de armas. La confrontación con el ELN y este grupo, que se dio por el exponente crecimiento de las disidencias, ha dejado 56 mil personas desplazadas y 23 mil confinadas.
Sin embargo esta medida, que se vence el próximo 15 de abril, podría no renovarse. Así lo ha dado entender el nuevo ministro de defensa Pedro Sánchez Suárez quien ha dejado en entredicho estos ceses al fuego en sus últimas apariciones mediáticas. En entrevista a Yamid Amat en el tiempo Suárez afirmó que existía evidencia “de una violación sistemática al cese al fuego por parte de estos grupos. No han cumplido”. En la misma entrevista afirmó que lo que necesita la población es que haya justicia y el cese al fuego no ayuda en ese aspecto. En este punto fue enfático “el cese al fuego no ayuda a la población” la explicación que dio se refiere a que, si no hay combates con el ejército, “se le traslada ese riesgo a la población”.