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17 AÑOS DE ‘OPERACIÓN ORIÓN’: MEMORIA Y RESISTENCIA

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Ya son 17 años son 882 semanas y 6,574 días. Es el tiempo que ha trascurrido desde la denominada ‘Operación Orión’ y, también, el tiempo en el que la comunidad ha adelantado procesos para hacerle el quite a la violencia. La mañana del 16 de octubre de 2002 cerca de 2000 uniformados y funcionarios judiciales del Ejército Nacional, el extinto DAS, la Policía, el CTI y las ‘Fuerzas Especiales Antiterroristas’ se tomaron la comuna 13 de la ‘ciudad de la eterna primavera’ con armas, helicópteros y tanquetas.


Según el CNMH, esta intervención militar en el territorio urbano dejó más de 600 víctimas directas entre retenidos, desplazados, heridos, muertos y desaparecidos. Del total, hubo 105 personas desaparecidas forzosamente, 71 personas asesinadas por los paramilitares, 17 homicidios a manos de la fuerza pública y 80 civiles heridos.


Por ese entonces, Álvaro Uribe Vélez estaba recién llegado a la casa de Nariño después de ser nombrado presidente Colombia (2002-2010) con la bandera de seguridad democrática. El alcalde de Medellín era Luis Emilio Pérez Gutiérrez, quien es ahora el Gobernador de Antioquia, y el gobernador del departamento era Eugenio Prieto Soto; quien fue nombrado después del asesinato de Guillermo Gaviria Correa —presuntamente a manos de la antigua guerrilla de las FARC—.


Aquel miércoles 16 de octubre, la toma de la comuna 13 de la ‘capital de la montaña’ fue comandada por el general Mario Montoya, quien lideró la IV Brigada del Ejército, acompañado por Leonardo Gallego Castrillón, general de la Policía Metropolitana de Medellín. La Operación Orión se extendió a lo largo del mes de noviembre y diciembre. Hoy, Montoya comparece ante la JEP.


Durante la operación, la población fue testigo del fuego cruzado y, ante la arremetida de fuerza pública y paramilitares, los habitantes salieron con pañuelos y sábanas blancas como símbolo de paz; pero el fuego como ‘la horrible noche’ no cesó.


El general y sus presuntos delitos


El 4 de noviembre de 2008, el General (r) Mario Montoya dejaba la comandancia de las Fuerzas Militares luego de que el país conociera sobre la trágica desaparición de jóvenes en Soacha que, posteriormente, fueron asesinados y presentados por el Ejército Nacional como guerrilleros muertos en combate en Ocaña, Norte de Santander.


Más tarde, se sabría que esta práctica, denominada bajo el eufemismo de ‘falsos positivos’, fue recurrente entre el 2002 y 2008, y que fueron más de cuatro mil los jóvenes asesinados por la fuerza pública.


Al General (r) lo señalan de ser el verdugo que ordenó miles de muertes. Se estima que, entre febrero de 2006 y noviembre de 2008, tiempo en que el Montoya comandó las fuerzas militares, una de cada tres muertes en combate fue una ejecución extrajudicial.


Según la Fiscalía, el 59% del total de los casos se presentó en este periodo. Además, hay evidencias de que el General (r) tuvo conocimiento sobre las denuncias que, desde entonces, presentaron los familiares de las víctimas.


Cabe recordar que Montoya había recibido, en seis ocasiones, la máxima distinción que se entrega en la República de Colombia a los militares: la Orden de los Libertadores ‘Cruz de Boyacá’.

Detrás del General Montoya no sólo reposan las investigaciones sobre los homicidios extrajudiciales. Fue mencionado en las versiones libres del exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, quien confesó la complicidad que existió entre los ‘paras’ y la IV Brigada del Ejército Nacional mientras Montoya fue su comandante entre 2001 y 2003.


Según ‘Don Berna’, entre el 16 y 19 de octubre de 2002, tropas de la IV Brigada, en compañía de paramilitares, realizaron el operativo militar urbano más grande de la historia: ‘La Operación Orión’, en donde hubo 88 homicidios y más de 600 víctimas.


Otro de los paramilitares que mencionó en versiones libres al General fue Daniel Rendón Herrera, quien señaló que Montoya recibió dinero para ayudar a Miguel Arroyabe, del Bloque Centauros en la guerra contra ‘Martin Llanos’ por el control del Meta y Casanare.


Es el militar de más alto rango que ha decidido someterse a la JEP. Desde el Ejército, participó en la coordinación de las recordadas operaciones La Mariscal, Meteoro, Marcial y Orión. Además, de acuerdo con publicaciones del diario El Colombiano, también ha estado involucrado en investigaciones sobre la masacre de San José de Apartadó, ocurrida en 2005, mientras comandaba la Primera División del Ejército.


En justicia ordinaria se le adelantaba dos investigaciones: la primera por la connivencia con los paramilitares y el exceso en el uso de la fuerza durante la Operación Orión, ocurrida en 2002 mientras era comandante de la Cuarta Brigada. El operativo tuvo lugar en la Comuna 13 de Medellín y dejó 88 homicidios y más de 600 víctimas. La segunda se basa en las ejecuciones extrajudiciales de Valledupar y Santa Marta, cuando era comandante del Ejército. En 2016 la Fiscalía anunció que le imputaría cargos, pero hasta el momento no ha ocurrido.


El 13 de septiembre de este año tuvo su primera cita en la JEP, sin embargo, no reconoció los cargos, tampoco pidió perdón y, al parecer, su sometimiento a la Jurisdicción es para defenderse. Se le citó nuevamente para el 17 de octubre junto con las víctimas para la audiencia de sometimiento militar.

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